Dientes del infierno

Te fuiste al mediodía
atravesado por la sombra vertical del tiempo,
llevándote mi sangre llorando en tus labios,
olvidando que en mi cuello blanco
dejabas marcada para siempre
la huella de los dientes del infierno.

Mercedes Ridocci


La mujer que llora por un solo ojo

En el párpado abierto de la noche habitan las ausencias muertas.
Con cálidas lágrimas negras, aviva las estrellas esparcidas en un cielo frío.
Con el manto de la memoria abriga sus nombres de la nada, las cenizas las torna fuego y los silencios callan.

Mercedes Ridocci


Luna de hiel

Retuvo para él todas las caricias,
todos los besos,
las palabras bonitas.
Se envolvió en raso blanco
anudó sus recónditos labios con lazos de deseo,
que él desataría con manos expertas,
ávidas del calor que le ofrecía.

No hubo caricias,
ni besos,
ni palabras bonitas.
Con manos frías y violentas
mancilló el blanco raso de gris ceniciento,
desgarró los lazos del deseo,
derramó hielo sangriento en sus labios heridos.
Infectó todo su ser de rabia y miedo.

Mercedes Ridocci



Me enamoré de la muerte.
Aquí estoy
vestida de novia negra
descalza 
esperando su mano.

En mi pecho luce la punta de su flecha
de la herida fluyen yemas de sangre.
Las alianzas reposan sobre la mesilla de mi noche
y no llega.

Mercedes Ridocci
De la plaquette: "Siete poemas" / "Sette poesie"
Simplicissimus
Barcelona 2017


Pájaro del amanecer

Secuestrada en el fango de lágrimas estériles
y aguaceros de tormento,
la mujer implora al pájaro que planea sobre los párpados abiertos del amanecer:
¡desciende el vuelo,
rescátame,
arrópame en tus alas,
llévame a tu reino de delgada lluvia!

Mercedes Ridocci








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