Acariciando sombras

Cuando el amor es un juego
todo es perfecto. 

Noches de purpurina
y días cubiertos
a todo riesgo. 

Cuando el amor es un juego
no hacen falta mentiras
para velar la mentira más grande. 

No hacen falta siquiera palabras
que expliquen la vida
que traicionas. 

Cuando el amor es un juego
simplemente aleteas.
Ríes y bailas y sueñas. 

El amor no es un juego. 

Pero cuando vuestro camino
se tuerce
desde el principio,
y en escena aparece
otra…

Esa otra que nunca olvidan.
O esa otra con la que
siempre sueñan.
            - los hombres de mentira…-
Otra que podrías ser tú, o yo… o ella
para otro hombre de papel de seda.

En tu puesto solo queda
esa gran farsa que sostienes
con pinzas de plata.

Pero eso que columpia
tu pupila encandilada,
mi amiga del alma,
solo es eco. 

Estela en forma de corazón
de aquella nube
que un día te transportó
hasta el infinito.

Solo el amor verdadero
puede llevarte
hasta más allá de tu ser.

Pero tú te obstinas en seguir
amarrada a tu ser de sombra.
Respirando a bocanadas
los aires de la mediocridad. 

Arrastrando tus sueños
por las cloacas de la mentira.

Ya no eres nube, ni infinito. 

Solo lagarto, felpudo. 

Ya firmas con seudónimo
poemas que no vibran. 

Déjalo, suéltalo ya…

 Mujer. 

Lánzate sin miedo

al vacío. 

Regálate palabras.

Mientras esperas su llegada triunfante. 

A mi compañera de sueños.

Susana Gómez Cacho



Por qué escribo

Nace la poesía 
de un desgarro. 
De un partirse en dos 
lentamente 
muy despacio. 

Nace la poesía 
de un vivir muriendo. 

Nace la poesía 
del dolor que nos ahoga. 
Y sanan los poemas 
cuando salen por la boca. 

Escribo porque  
muero 
si no escribo. 

Escribo con la esperanza 
de poder morir viviendo. 

Susana Gómez Cacho











No hay comentarios: