AnaMaría

AnaMaría enlunecida
Rellenita de futuro hasta los tuétanos
AnaMaría de rocío
Pelo liso pelo negro
AnaMaría sobapiedras
Tempranito en el riachuelo
AnaMaría enfurecida
Cuando le quieren tocar al hijo
AnaMaría pobre
Y pobre aquel que intente detenerla
AnaMaría compañera
Como arde este silencio...
AnaMaría poné a hervir ya la poesía
Mientras vas sembrando de banderas el coraje
AnaMaría mujercita
Calientita en una cama de hierbas y zanates
AnaMaría de montaña
AnaMaría con tomates
AnaMaría por el lempa
Y por las calles
AnaMaría siempre hacia delante.
AnaMaría enlunecida
Rellenito de futuro
ya su vientre,
AnaMaría de pie
AnaMaría la Victoria
AnaMaría se me acerca

AnaMaría la vida
Madrugando a defenderse.

Nora Méndez


Bienvenida

Pasarán
pasarán las horas
con su bastón de siglo
en el acordeón de Espronceda
en elipse de carbón traerán minutos de cueva
segundos disueltos en la efervescencia de un átomo
nariz fruncida del mundo donde agonizan
lentas orugas lentas
mamíferos reptiles peces
todos en conspicua agonía,
enterrados como raíz negra
huella paleolítica en la mecánica escalera.

Alguien dejó servida la mesa en el corazón del hombre
multitudes que en estruendosa huida
traspapelaron las categorías de la sed y el remordimiento
pero
tocan la puerta,
son los niños más pequeños que regresan
reanudando el vuelo en los columpios.

Los poetas
Madre
son los poetas.

Retornan secos del naufragio
ebrios de holgura y cadencia
con el equipaje de dolor intacto
bolsillos de la pesadilla
llenitos de barquitos de papel y ranas cojas.

Regresan locos
locos como se fueron
con más alas que pan bajo el brazo
sin catapultas ni piedra
montados en monociclos
papalotes bicicletas
sin edad para interrogatorios
ni fusilamientos frente al cine.

Son ellos los que formados en filas de esperanza
reciben otro siglo
mientras los gusanos,
extremistas del follaje,
recapitulan la nervadura
camino exuberante
en donde ladrón librado
se nos hace tarde juega
como si uno decidiera dónde y cuándo
herir profundo el poema.

Algo de lección se escucha en las hojas
conjugación de todos los panteones
como piezas de un fulano tractor
que un día hizo camino en las siglas
nadie quiere
nadie espera
nos basta la gravedad
en contrapeso a la palabra.

Nora Méndez



Fe

Sobre azul pelaje de unicornio
Vamos tres haciendo cruces
Templando el remo incansable de la vida
Sobre huraños acantilados

Iris cautivado
Sobre el vuelo de garzas blancas
Con memoria de picos muertos
En el preámbulo de los altares

En ese cofre imaginario
Encontrarás listones
y pequeñas frases que murmuran
Son el delicado tesoro de los que esperan
Una carta sin respuestas
Pero con la inconfundible voz

Nora Méndez


Me semejo a las piedras

Me semejo a las piedras.
Los muchachos las toman,
las tiran lejos.
Lejos, las piedras,
aprenden cosas nuevas.

Nora Méndez


Tiempo

Los neones de su imperio
Lucen colosales
Sobre las oscuras premoniciones del hombre

No es casualidad
Que nunca pueda girar a la izquierda
Que señale
Que apunte y fuego
Que repique
Que nos mida
Que corra contra nosotros

Seria tan fácil ponerlo a dormir
Con los canarios

Pero se corre el riesgo de olvidar despertarse...

Nora Méndez












No hay comentarios: