Cerca del Eufrates y el Tigris

Cerca del Eufrates y el Tigris
el beso quedó sin tu padre

La casa sin paredes
El cielo: serpentinas azul sobre gris

La noche es un yaxe oxidado en el corredor
una manivela de bicicleta retorcida

Hace sólo una hora
el bulto de escuela al pie de la cama

El fuego te hizo las trenzas

Nadie te cerró los ojos

Me acerco a los hierros retorcidos
Sus mentiras caen
al pie del vapor de tu pijama

¿Dónde pongo este pedazo de peineta?
tus zapatitos chamuscados

Ya no cantarás el himno en la escuela

Había una niña
cerca del Éufrates y el Tigris
Bajo la almohada
dejó sus pulseras más queridas.

Norberto Salinas


I


                                               Mi corazón está brotando
                                               flores en mitad de la noche

                                               Canto del Atamalcualoyan

No se puede inventar la magia
si no hay una mujer esta noche

Desde el balcón llueve
y algo como un tambor antiguo
-concierto de ternura-
estila y no escampa en mis dedos

Podrían brillar de nuevo
esta noche unos ojos

No quiero otro sitio
sino mi ciudad que me castiga

Percibo como nunca
los techos oxidados
Reclamo los ríos en este valle
     
Llego a cualquier parte
Pongo mi corazón sobre la mesa del bar
Saco un pedazo del alma náhuatl:
en mitad de la noche
está brotando flores

Uno a uno arrancaron los robles
y hasta las flores amarillas
Sobre ellas chorrearon la acera
donde me niego a caminar

Entre este ron barato
y la mujer que no está
hay un asesinato de tranvías

Una ocarina sublevándose
algo como Ejército Expedicionario
y Defensor de la Soberanía

Yo conocí el amor en una trinchera
Recorrí la plaza del triunfo
La calle atestada de banderas
los aviones con las insignias rotas del dictador

Llevo la frente
llena de mis hermanos más queridos

Aprendí el rito
como los antiguos hombres
hacían el amor
con las manos llenas de cordilleras

Qué me importa si no entienden
los que no son capaces de abrirse el pecho

Desde la hoguera del Sukia
que oficia a Sibú Surán
unos ojos
escampan
mi desamparo inmenso

Qué no daría por esas pupilas
meciéndose en la niebla
Soy un hijo irreverente de mi ciudad
y en este momento
saco a bailar la vida

Suena tu vieja pianola
que ya salí a encontrarte

No existen los esquemas
Allá están las montañas

Cuántos bufones mandaron a derrumbarnos
sus nombres no valen un poema
pero mira la noche inmensa

No hay otra luna más bella
que la tuya
¿Y cómo va a ser que no haya
una mujer a mi lado
esta noche?

Norberto Salinas



Agua de Otoño

           Cuando lleguéis a viejos, respetaréis la piedra,
           si es que llegáis a viejos
           si es que entonces quedó alguna piedra...
           Joaquín Pasos

El día que todo sea una molécula de ADN
si acaso sobrevive molécula alguna
te cederé mi ventana
y esta ración de alcohol

Cuando complete su giro el ciclo de las especies
y otros seres anden retozando sobre la tierra
un día quizás intenten resucitarnos en delfines
pero los ojos del dolor jamás podrán contarles nada

Cuando reviente esta fibra que somos
y nadie vuelva a preguntar por Beethoven
o Shakespeare

Cuando sople Lo Implacable
aunque te ceda mi noche
y este instante en que viajo a Cartago

ya no habrá cartagos
ni polvo de sus piedras que enturbien la brisa

Como si no importara que hubo malos y buenos
porque tampoco quedará rezago de la pobreza
y la opulencia

Nadie descargando un saco con repollos
Ni enamorados
reos
no silbará nadie

Entonces quizás seamos fantasmas
y nuestros hermanos buenos
y nuestros ángeles malos
serán los mamuts y dinosaurios

Y el juego del entablillado
bajo esta misma luna y noche de Orión

Hay cien escenas por correr
La cautelosa tristeza del grillo
cuando nos mira
es sólo nuestro turno de caretas

Si quieres te cedo mi noche
si quieres me arranco esta sangre de hombre

Cuando todo sea una molécula de ADN
no podrán descifrar tus labios
la ola contra el acantilado

Aunque muerda cada instante lo que digo
y te ceda mi asiento
Aunque rasgue mi voz y grite
hacia atrás y adelante

Porque tantas veces
nos hemos tomado en serio.

Norberto Salinas











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