Descubrimiento

Como pecio en aguas de su propio naufragio
como pozo seco en la noche
repitiendo los ecos de su aridez
ambula este corazón de ti sediento
 y en medio de la densa tristeza
que le atribuyen al mes de abril
me diste miel de las penumbras vacías
de los tambores
me diste a beber del sonoro hueco
que escuda tu corazón errante
me diste pequeña mía
de tu amor el más ávido
el para mí reservado.

Norberto James Rawlings



En estas aguas

Hay en estas aguas
un lugar donde saltan delfines
y vagan mansos manatíes.
Un lugar donde se confirma el valor de la vida,
las formas del delirio,
las perplejas márgenes del miedo.
Allí reposan esencias del silencio,
envejecimiento del tiempo,
urgencia de ti
de que me completes
de que termines de forjar
esta sonora diadema de luz
que mi sed irá a calmar.

Norberto James Rawlings



Esos que arrastran

Esos que arrastran
las oscuras aguas de tus ojos
son escombros de mi pasado
desilusiones inadvertidas
duelo entre resplandor y sombra
tierno desafío
guirnalda de luz
flor de viento
sollozo reprimido
Ahora
por tus silencios trepan los míos
Todo se llena de ti
y te siento crecer vigorosa
irrepetible más allá de ti misma
como número momento
o cifra de día no vivido
como pregunta extendida
sin signos
sin fin.

Norberto James Rawlings


Los inmigrantes

Aún no se ha escrito
la historia de su congoja.
Su viejo dolor unido al nuestro.

I

No tuvieron tiempo
-de niños-
para asir entre sus dedos
los múltiples colores de las mariposas.
Atar en la mirada los paisajes del archipiélago.
Conocer el canto húmedo de los ríos.

No tuvieron tiempo de decir:
-Esta tierra es nuestra.
Juntaremos colores.
Haremos bandera.
La defenderemos.

II

Hubo un tiempo
-no lo conocí-
en que la caña
los millones
y la provincia de nombre indígena
de salobre y húmedo apellido
tenían música propia
y desde los más remotos lugares
llegaban los danzantes.

Por la caña.
Por la mar.
Por el raíl ondulante y frío
muchos quedaron atrapados.

Tras la alegre fuga de otros
quedó el simple sonido del apellido adulterado
difícil de pronunciar.
La vetusta ciudad.
El polvoriento barrio
cayéndose sin ruido.
La pereza lastimosa del caballo de coche.
El apaleado joven
requiriendo
la tibieza de su patria verdadera.

III

Los que quedan. Éstos.
Los de borrosa sonrisa.
Lengua perezosa
para hilvanar los sonidos de nuestro idioma son
la segunda raíz de mi estirpe.
Vieja roca
donde crece y arde furioso
el odio antiguo a la corona.
A la mar.

A esta horrible oscuridad
plagada de monstruos.

IV

Óyeme viejo Willy cochero
fiel enamorado de la masonería.

Óyeme tú George Jones
ciclista infatigable.

John Thomas predicador.

Winston Brodie maestro.

Prudy Ferdinand trompetista.

Cyril Chalanger ferrocarrilero.

Aubrey James químico.

Violeta Stephen soprano.

Chico Conton pelotero.

Vengo con todos los viejos tambores
arcos flechas
espadas y hachas de madera
pintadas a todo color ataviado
de la multicolor vestimenta de "Primo"
el Guloya-Enfermero.

Vengo a escribir vuestros nombres
junto al de los sencillos.
Ofrendaros esta Patria mía y vuestra
porque os la ganáis
junto a nosotros
en la brega diaria
por el pan y la paz.
Por la luz y el amor.
Porque cada día que pasa
cada día que cae
sobre vuestra fatigada sal de obreros
construimos
la luz que nos deseáis.
Aseguramos
la posibilidad del canto
para todos.

Norberto James Rawlings


Oscuro amor

Oscuro amor
que desde luminosas ventanas
deleitas y renuevas mi
arrebatado corazón
Ahora que regresas a mí de distante viaje
ahora que te deshaces de las furtivas huellas
sin dejar rastro visible
ningún dios posible podrá doblegar
ni trocar mis sueños como te he soñado
mía sin límites ni ataduras
Ya no será abril el mes triste
del que hablan algunos poetas
Para nosotros será mes
de tiernos recuerdos
a puro corazón forjado
Amor en tu sangre en la mía
arden los mismos fuegos
se derraman iguales luces
El viento que guía tus naves
es el mismo que se despliega
en las sedientas sombras diurnas
de mi desfasado anhelo.

Norberto James Rawlings



Oscura transparencia

Lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación.

Norberto James Rawlings


Pugna interna

"Las flores que de la nada nacen,
son testigo de mi indecisión.
Viejo músico de jazz,
mi capacidad de improvisación
se pone a prueba,
siempre que como una música quieta,
este camino me conduce a ella.
Casi todo me arrebata y su belleza
enorme eco sobre las aguas,
me roba la voz,
me nubla de deseos."

Norberto James Rawlings



Segunda ventana

¿Qué hago con lo escaso que me dejas de vida
cuando en los innumerables corazones
del viento no florezca mi risa
y en mis versos no habiten
los claros y nobles sonidos de la tuya?
¿Qué haré solitario obvio
cuando mis palabras ya no te acosen
y el álgebra de mi soledad interior
se subleve contra tu silencio?
¿Qué haré cuando tu persistente transparencia
se imponga “al verso aquél
que no podemos recordar”
desborde las orillas de parques y estacionamientos
baldíos
y reine tu imagen en urticante recuerdo
tornándose sombra de beso robado
bajo las cenizas de las tardes
de Nueva Inglaterra? Dicho de manera simple
¿Qué voy a hacer sin ti?

Norberto James Rawlings











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