"En una tarde de agosto de 1887 dos niños salieron, cogidos de la mano, de una cueva en la ladera de una montaña cercana a la localidad española de Banjos, y se encaminaron a un campo en el que estaban trabajando unos granjeros. Hace de ello cerca de 80 años, pero vive aún gente que conocieron a quienes recordaban aquel día. Hubo exageración, indudablemente, también distorsión, pero los hechos básicos parecen indiscutibles. Los niños que salieron temerosos de la cueva hablaban una lengua extraña e incoherente, y sus vestidos estaban hechos de una sustancia nunca antes vista. ¡Y su piel era verde! Es una historia fantástica sin lógica ni explicación. Pero los psicólogos la consideran acaso la más valiosa evidencia de que disponemos de la existencia de una cuarta dimensión, un mundo que existe paralelamente al nuestro, un mundo crepuscular del que de alguna forma escaparon los niños. Se baraja la teoría de que cayeron en un remolino espacial —como una persona que cae a través de una grieta en el hielo y no puede volver a localizar el lugar de entrada—, penetraron en nuestro tridimensional desde otro tetradimensional, y no lograron regresar. ¿Ridículo? Posiblemente, pero de todas las teorías elaboradas para explicar la aparición de los niños verdes es la única que ofrece visos de credibilidad.
Poco después del suceso llegó un sacerdote de Barcelona para investigar. Vio a los niños e interrogó a los testigos. Más tarde escribió: «Quedé tan abrumado por el peso de tantos testimonios competentes que estoy obligado a aceptarlo como un hecho que soy incapaz de comprender y esclarecer con los recursos del intelecto». Los granjeros estaban descansando después del almuerzo, cuando apareció la extraña pareja en la entrada de una cueva de la ladera del monte… Atónitos, los granjeros corrieron hacia ellos. Los extraños seres, balbuceando ininteligiblemente, fueron capturados y conducidos al pueblo. Fueron llevados a casa de Ricardo Da Calno, magistrado y más importante terrateniente del lugar… Da Calno tomó la mano de la chica y la frotó. El color permaneció invariable. Formaba indudablemente parte del pigmento de la piel. Les fue traído alimento, pero no lo comieron. Manosearon el pan y la fruta con una mezcla de suspicacia y asombro, pero no los acercaron a sus bocas. El magistrado advirtió que sus facciones eran regulares, ligeramente negroides, los ojos almendrados y profundos. Los niños permanecieron en la casa cinco días. No comieron nada y se debilitaron notablemente. No fue posible dar con ningún alimento que les apeteciera. Hasta que cierto día, dice un informe, fueron llevadas a la casa judías cortadas, y se abalanzaron sobre ellas con gran avidez y en adelante no tocaron otro alimento. Pero el ayuno, parece ser, había dañado seriamente al niño. A pesar de las alubias su estado fue empeorando y finalmente murió un mes después de haber sido hallado. La chica, por el contrario, se fue reponiendo y se convirtió en doncella de la casa de Da Calno. Su color palideció un poco y dejó de ser una curiosidad en el pueblo. Al cabo de unos meses aprendió suficientes palabras en castellano y estuvo en condiciones de darle a Da Calno una explicación de su llegada. Pero si algo hizo, fue únicamente aumentar el misterio. Dijo que procedía de un país en el que no salía el sol y en el que siempre reinaba la penumbra, añadiendo: «Se puede ver un país de luz no lejos de nosotros, pero separado por una corriente muy ancha». ¿Cómo llegaron a la Tierra? Todo cuanto pudo decir fue: «Hubo un gran ruido. Perdimos el conocimiento y nos hallamos en aquel campo». Esto fue todo lo que dijo, y probablemente todo cuanto sabía. Vivió otros cinco años antes de morir también y ser enterrada junto a su hermano. Una extraña narración. ¿Se trata de un mito popular del pasado, de una broma, de una historia legendaria transmitida de generación en generación? Los documentos siguen existiendo. Las declaraciones juradas de testigos que afirman que han hablado con, y tocado a, seres que surgieron cogidos de la mano de un agujero en el suelo."

Johri Macklin
Sobre los sucesos de Banjos (la aparición, a finales del siglo pasado, de dos hermanos de piel verde en la supuesta localidad española de Banjos)
Tomada del libro Gnomos de Jesús Callejo Cabo, página 89




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