Entre las líneas y otros

"Soy aquel asombrado segundo que intenta escapar del tic tac del péndulo que nunca se detiene. Sobriedad en la monotonía retenida del minuto aullador, y ahora, en este ahora que frena el reloj de hogueras y hielos. Llevo un traje tejido de días y en el bolsillo los milenios del que cree poseer el instante encerrado en una botella. Ebria del néctar del hoy no puedo parar el eco del instrumento que va recogiendo mis huellas.
Oquedades en mi falda de madera, cobre en mis brazos de segundero, donde soy lenta en la rapidez del momento.
Hay líneas indivisibles que llegan al límite, a marcar la diferencia de ser humano o fantasma de necedades.
Me asombro y retengo ante los acantilados de mi suicidio, única oportunidad de escapar de la demencia.
Una manada enfurecida desea atrapar el maravilloso sentido de existir.
Estalla el volcán y con los ríos de lava asciende a la bahía donde soñamos.
El pozo se ha quedado seco, aún a pesar de los torrentes..."

Raquel Viejobueno


Esperpento, esperpénticamente acorralado…

"Danzarín de palabras ambiguas, entre las retamas de soberbia y alevosía. Inconsciente de la generosidad de las voluntades ajenas, hijo de la palabra troncada y el mundo de heridas que sangran aullidos y pobrezas del pasado. Hociqueas entre salivas consumidas en tiempos que no vuelven y tierras secas. Etéreo despertar, luminosas tarjetas de visitas a un mundo oscuro, donde serpenteas con las escamas erizadas. ¿Libre? Estás más atado a los prejuicios que un terrón de arena a una tierra que no le pertenece. La libertad es volar desde los ángulos de cada uno para jamás caer en la soberbia de genios y malhechores de ilusiones.
Troncas textos que desprenden luz en las tinieblas, falsificas firmas de almas que arrastran sus propias cadenas, y te permites el lujo de darte golpes a un pecho casi moribundo.
Me fui, con la nostalgia como traje, y calzando instantes nuevos. Entre nebulosas, he aprendido a vivir despertares distintos. Eso es la libertad, no necesitar nada, más que una huella impresa en el camino..."

Raquel Viejobueno


Serenidad

Llevo la chaqueta del medroso,
el rocío del ayer está aterido.
Racimos gigantescos cuelgan del techo…
Está aquí.
A través de la ventana un viento de cristal
se refugia del frío.
Las estrellas se reflejan en las aguas,
soy un lago con los dedos tranquilos
Sé;
esta noche los ladrones pretenden robar
en el sentido, la razón…
¿Dónde quedará mi cuerpo?
Volveré a ver al hijo que marchó sin permiso de Dios,
al padre agarrado a una mano a la deriva,
a mi amor que rozaré con labio húmedo y cálido.
Seré estrella translúcida,
nebulosa de la mañana
tendré un minuto en la eternidad
recordaré el aroma del lilo,
el verdor de la melisa en mis letras.

Estaré;
Como un río hacia su delta,
canto del ruiseñor en las tardes,
aquella voz en el silencio que grita,
danzas de trompetas y tambores,
música en las bandas de un libro.

Las cortinas se cierran,
la noche arruga las ansias en vacío…
Humedad, escarcha, pies muertos,
ruido metálico de un corazón de cartón.
Estoy rodeada…
Soy optimista, muerdo el tiempo para que arrastre todo
el amanecer tendrá una sonrisa azul…

Raquel Viejobueno







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