Los libros

Soñaba siempre con moradas extrañas.
Había cuartos cerrados y pasadizos libres.
Y allá, en la entraña más recóndita,
estaba el lugar sagrado de los libros.
Eran casas con raros laberintos.
Más bellos o más tristes.
A veces, eran grutas o cavernas,
Otras, soleadas, espejantes galerías
con arañas de perlas.
Soñaba siempre con la entraña de los libros.
Al despertar, notaba que mi alma
se volvía más triste, más cerrada.
Parecía vivir de los recónditos nichos
y los pasillos libres.
Un día en que mis cuartos relucientes
brillaron con luces de sol y de cristales,
un día en que mis libros se asentaron
en mi casa por siempre,
no soñé ya con extraños laberintos
ni con cuartos cerrados y pasillos abiertos.
Ya tenía conmigo el corazón tan deseado,.
Y la ruta del fin del laberinto
era un árbol florecido de libros.

Norma Julieta Suiffet Bianchi


Montevideo al viento

Cristales de gaviotas suspirando en la tarde.
Abanican palmeras tus espumas de plata.
Montevideo al viento, Nuestro Señor te guarde
sonriendo al espacio que tus faros retrata.

Sobre el Palacio Salvo el ocaso escarlata,
en la Gran Avenida, de color hace alarde
y rincones de sueño de las casas relata
la historia de los héroes que entre tus piedras arde.

Montevideo al viento, eres un sueño mío
que estremece sus alas en el temblor de estío
entre arrabales lentos de luna solitaria.

Y la gloria de un árbol cubierto de rocío
que vuelca madrigales a la vera del río,
Montevideo al viento, es tu voz centenaria.

Norma Suiffet









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