Huyó mi vida

Huyó mi vida de mí en otro suelo,
en ligeras alpargatas de otro tiempo.

El tiempo me aprisionó en su hora,
las horas como aritmética larga, en años.

Años que volviéronse pasado,
pasado que sin ser mi tiempo se hizo mío.

Viví mi vida en el espacio,
en los espacios múltiples de gravedad y sueños.

Gravedad de realidad con sueños del momento,
momento de la carne y del espíritu.

Huyó mi vida de mí en otro suelo,
con civilizaciones opuestas en planeta fragmentado.

María Arrillaga


Jayuya

Sobre la piedra escrita
me vuelvo
materia
del pasado.

Soy tierra o árbol
palpada
por las manos
de otros tiempos

María Arrillaga


Lares

En el principio hizo Dios este mundo de montañas
Se acordó de mí desde la nada
al pensar el detalle de árboles, en la cima el horizonte,
de los planos y colores de las hojas, de las ramas.
Vio la luz desde mi ojos negros y dijo al cielo:
"Hazte azul por la mañana, por la tarde tórnate encarnado
y habrá en el misterio una cruz blanca y una estrella blanca
para el mar azul del estandarte de una patria."

Quiso Dios que las montañas se tornaran en acero.
No, quiso el hombre.
Y la tierra se hace dura, la hace dura, la hace amarga.
Del cemento al ruido,
los cambios-viajes de una humanidad perdida,
la patria se pierde en la amargura del todo y de la nada.
La montaña original se vuelve lágrimas.
Pasa mucho tiempo cuando después de haber dormido ya despierto.
Los edificios los cambio por árboles.
A los árboles desnudos en este frío del exilio
le faltan hojas, las hojas de mi patria.
Y recuerdo el nombre Lares.  Y veo el azul, el rojo, cruz y estrella,
y las lágrimas desaparecen
en energía para volver a la luz de mis ojos
allá en la montaña-pueblo,
con las manos de una humanidad que llega desde el laberinto,
encontrada.

María Arrillaga


Poesía

I

Poesía es emoción,
asombro de la vida,
cascabel que rompe el ruido de los tiempos
y
de los silencios.
Angustia de muerte
y
luz de todas las mañanas.
Como columpio que suena el aire
o un perro solo que muere
o un héroe solo muriendo.

II

Poesía es un sillón,
y lo que siente un hombre pobre.
Es un cajón donde se come,
y el vómito de la amargura cotidiana.

Es una perla dañada.
Una vieja en el cristal
reflejando los reflejos
desde convite absurdo
de pan y ojos que miran
el universo agrandarse.

III

Es la luz de la ciudad,
se la puede aceptar.
Soñar:
que ya pronto volveremos
a San Juan.
Que como perros mordiéndose
volveremos a querernos.

IV

Es la sangre de los besos en la noche
cuando mi última energía
desea la poesía
como amante fiel que me acompañe
al lecho del descanso.

Y entonces la palabra se hace carne y toma espíritu.
Junto a mí el ritmo de las voces
de todos los tiempos levantadas
de los hombres y mujeres que gritaron
del sentimiento al alma para afuera
para que no haya corazones solos.
Porque en medio del suicidio de las mentes
está el exquisito abismo de las voces compañeras
clamando al infinito
la humanidad del sueño de la nada apocalíptico.

María Arrillaga



"Quien quiera relaciones, las encuentra."

María Arrillaga


Virgen

No me dejará, Señor, el ansia de hacerme Santa.
En la contemplación gozosa del mantel recién lavado, limpio, asciendo en la recatada brisa de una quieta flor.
Encarna en mis sentidos la imagen ardorosa
de un pecho henchido de deseo: Es una puta virgen santa.
Su éxtasis humano, su pelo caído por un hombro
me seduce al arrebato de sus labios rojos de eterno carnaval.
Monta a caballo airosa hacia el encuentro de las prendas encontradas.
Acá abajo el trabajo también nos santifica.
Sacamos pan ungido en ciclo femenino de la sangre.
Iluminados construimos con sudor el amor a la pasión.
En cintas de guirnalda fresca una corona fértil es de todos/as.
Beati sumus, beati sumus, beati sumus...

María Arrillaga



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