"A mí me interesa todo, incluso lo que no me interesa. Tú me explicas bien la física cuántica y me puede apasionar, no estoy cerrada a nada."

María Dubón


"Con Internet casi no veo la televisión."

María Dubón



"Internet es infinito. Yo puedo escribir un artículo en una hora, pero también a veces he tardado una semana porque tenía que investigar. Le suelo dedicar cuatro horas al día, que las saco de donde sea, de no dormir a veces."

María Dubón


Volver

Volver bajo cualquier pretexto,
por el obsceno placer de desandar el camino andado,
para aparecer de nuevo en el escenario,
para ajustar cuentas con los fantasmas
y reparar destrozos y limpiar polvo y telarañas.
No hay camino peor que el de la vuelta.
El pasado es un lugar
en el que siempre es invierno y hace frío.

Volver, volver con la cabeza gacha
y el rabo entre las piernas,
tambaleante y derrotado,
con los bolsillos vacíos
y los mismos sueños;
los que teníamos antes de partir.

De nada sirve huir,
cambiar de disfraz,
quemar los recuerdos
o tomar el primer tren a cualquier parte
cuando la nostalgia hace de las suyas.

Volver es atravesar la bruma de la noche,
entrar en el cementerio,
depositar flores y dejar caer lágrimas
en la tumba del niño que fuimos.

Hay recuerdos dulces
y recuerdos amargos,
pero ambos son brasas
de la misma hoguera,
de esa hoguera inextinguible
que es la memoria.

Volver, sí, pero ¿para qué?

Volver cuando nada importe,
para desenterrar a la luz de la luna
el triste tesoro de nuestra infancia
y descubrir que el cofre está vacío,
que todo ha desaparecido:
el libro de cuentos,
la madera perfumada,
la flor seca,
el regalo del abuelo...

Volver, volver, volver,
como si jamás nos hubiéramos ido.

María Dubón



Ya no te tengo

Estiro los dedos para alcanzarte,
pero ya no puedo ni rozarte.

Tú moras en lugares remotos,
te escapas, me rehuyes.
Eres como una luz sedosa
que nunca puede apresarse.

Tú allí, lejano, inalcanzable.
Y yo siguiendo tu estela en vano.
Todo estuvo en nuestras manos:
el placer, el cariño, la ilusión.

Dos manos entrelazadas.
Dos bocas que se funden.
Dos sueños hechos realidad.

¿Era esto amor?, pregunto.
La soledad no sabe responderme.
La soledad calla y me ignora.

Fuimos tú y yo, partes de un todo.
Sola, sin ti, sin fuerzas ni esperanza
la tristeza me envuelve
como una fría y densa niebla.

Ya no te tengo y me pregunto:
¿Fue amor? ¿El amor es esto?
Un vivir muriendo,
una locura inexplicable,
un desangrarse sin el otro...

María Dubón


"Yo nunca he pecado de vanidad. No obligo a nadie a seguir mi blog. Entran por gusto y vuelven si quieren, pero no me considero el ombligo del mundo. No concibo esos que hacen un viaje y se les cae la baba como si fueran los únicos que han pisado ese país."

María Dubón










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