"A nosotros nos consideran una cultura que no ha dejado huellas, porque no ha dejado grandes objetos. Nosotros levantamos otro extraordinario valor: todo se funda y se olvida. El chileno cree que es el inventor de la grafía y se olvida de que todo eso es prestado y así como se apropia de la televisión -que tampoco ha inventado-, y de otros artefactos a través de los cuales transmite el espíritu cultural de su pueblo, nos niega esa posibilidad a nosotros. En este momento nosotros vivimos un valor que se ha perdido; en medio de un camino polvoriento y transitado, el lenguaje ha ido perdiendo su sentido, su valor, y sólo se vislumbra que en la orilla del camino hay formas, sospechamos que aquello es flor, la hoja de un canelo, pero el sentido que eso tiene no lo sabemos, no sabemos de qué color es. Siempre hay una explicación, es decir, la palabra más la aclaración. La palabra no tiene el brillo que debiera tener, entonces nosotros levantamos este monumento que nos han entregado nuestros antepasados y que hoy está en un bilingüismo y si no es en esto, está en algo que es más esencial que el sonido: el gesto. Tú puedes hablar un perfecto inglés, pero serás un chileno hablando un perfecto inglés; teniendo la gestualidad de un chileno. Jamás podrás tener la gestualidad de un inglés, porque no tienes esa experiencia de vida. Yo seré un mapuche hablando un perfecto inglés, pero hablando ese inglés con mi espíritu mapuche, que es el mundo que me habita. Entonces levantamos esa palabra, porque el diálogo implica la palabra en todo su esplendor, en todas sus posibilidades y, bueno, el tiempo tendrá que darnos una respuesta. No entramos para conciliar. Yo dije en una entrevista con Faride Zerán, que todo había ido bien en el Zugutrawun, porque hablamos en el consenso, pero no en el sentido del consenso de transar, sino que reconociendo las enfermedades que padecemos ambas culturas. Tratando de asumir esa enfemedad, levantamos nuestra palabra.
Me cuesta mucho decir «soy poeta» o publicar en un «libro», sin embargo no me desvivo por ello, porque finalmente uno se desvive consigo mismo y con la memoria de los antepasados y, por lo tanto, con la proyección de esa memoria, que tiene que ver con actos de superación de la visión que uno tiene, con toda esa carga cultural que uno tiene y toda esa otra parte que lo hace trastabillar, que es la cultura a la cual está obligado. El valor de cada uno de los que estamos haciendo «oralitura» es que somos personas que estamos viviendo nuestra fuente y, por lo tanto, recibiendo la mayor parte de la escritura que está en ella para luego entrar a hacer este proceso oral de construcción de textos a la escritura que, actualmente, no está definida, en la cual hay siete alfabetos, los más conocidos, como tú sabes, son el alfabeto Unificado, en la cual tuvo una destacada participación María Catrileo, y el alfabeto Raguileo.
Yo me había enfrentado a la escritura por un periódico que sacó un centro de estudiantes mapuches en los años 30' ó 40' en Temuco, que se llamó Nehuén Tu Aim (hagamos fuerza). Lo dirigía mi padre que era presidente de esa agrupación estudiantil. Allí le daban una importancia muy fuerte a la poesía y salían textos de «oralitores» que ponían su escritura con sus propias reglas y eran muy difíciles de leer. Yo asumo una mezcla entre el alfabeto Unificado y el Ragileo por una cuestión de reapropiación del bilingüismo desde mi infancia, sobre todo este proceso que he tenido que vivir con mucha de mi gente, y lo hago también por razones estéticas. Esa estética tiene que ver con mi ojo mapuche, pero también con un poco de influencia de la estética occidental, en la medida de que me estoy preocupando de la estética en el papel, entonces son dos aspectos que uno tiene que ver: el alfabeto es como el texto; se sitúa como un cuerpo dentro de la hoja. Por ejemplo, una palabra que me gusta mucho en castellano y en mapudungún, por el sentido y todo lo que despierta, tanto corporal como espiritualmente, esta palabra «aroma», que bajo el alfabeto unificado se escribiría Nümün y bajo el de Raguileo sería Nvmvn, por tanto queda difícil de leer para alguien que no tiene un conocimiento acabado de los fonemas y grafemas. Yo me quedo en el uso de la «v» y no con la «u» con cremillas, porque queda como una hoja de verano por la cual han pasado muchas moscas y han dejado su huella. Todo por el ojo, porque la visión va liderando en muchos aspectos a los demás sentidos; de repente tú miras un texto y no te atrae tanto como otro, en el que ves un paisaje, una persona, un plato de comida..."

Elicura Chihuailaf


Círculo

Somos aprendices 
en este mundo de lo visible 
e ignorantes de la energía 
que nos habita y nos mueve 
y prosigue 
invisible 
su viaje en un círculo 
que se abre y se cierra 
en dos puntos que lo unen 
Su origen y reencuentro 
en el Azul

Elicura Chihuailaf



"El azul, como me han dicho en un par de oportunidades, ha ido azulando mis propios textos y ha ido azulando un poco la visión que tengo de aquellos. He azulado un poco la poesía mapuche, junto con otros que están asomándose.
Ese azul tiene que ver con nuestra historia, es el origen de la vida mapuche. Hay dos relatos que son fundamentales en nosotros. Uno, que se confunde con el origen, que es ten ten cai cai, que en definitiva es un relato que tiene que ver con el surgimiento permanente de la vida mapuche; no es un mito, es lo que sucede a diario en la vida de cada uno de nosotros. El otro, ten tepu can cai, que dice que el primer espíritu mapuche vino desde el azul, pero no desde cualquier azul, desde el azul del oriente. De allí que el semicírculo en la ceremonia nguillatún está dirigido hacia el oriente, el círculo se completa en el azul. Este azul existe en el espíritu de cada uno de nosotros; pertenece a este cuerpo perecible, de lo breve, que en definitiva se llama vida y su estancia en el nag mapu, en la superficie, en la tierra. La casa donde yo nací, era azul por dentro y por fuera, un país azul. Esto es lo que se ha constituido en la columna vertebral que mueve mi poesía, por eso mi insistencia sobre el azul. Me marca mucho porque veo que todas la vidas giran en torno al azul. Cuando niño me gustaba mucho ver el agua y en ella se reflejaba el cielo, como completando un círculo, y de pronto veía como ese mundo se quebraba cuando caía una hoja; o nos tendíamos con mi hermano a mirar el paso de las nubes, los pájaros y el azul, vivíamos bastante ininersos en el azul.
El azul me marcó porque tuve la experiencia de ver cuando la vida se asoma hacia el oriente. Incluso clausuré la puerta principal de nuestra casa en la ciudad que miraba hacia el norte, la transformé en ventana, y abrimos una puerta hacia el oriente, para enfrentarse a esas energías positivas que nos llevan, para vivir la vida con más fuerza.
Cuando se preparaba la ceremonia de nguillatún mi abuelo enviaba sus werkén con sus mensajes, la palabra y el azul. Se hacía normalmente en enero, con luna llena. Ya en diciembre comenzaban los preparativos, los avisos. Había luna y cielo azul, entonces venía la ceremonia. Llegaban con banderas azules; la bandera de nuestra comunidad era azul, con una luna y una estrella amarilla y blanca. Mi abuela, mi mamá, todas las mujeres se reunían. Había un gran movimiento, como era la casa del Lonco -mi abuelo- entonces se preparaba el muday, la comida, todo. Llegaba el día en que había que instalar todos los implementos en el nguillatún. Se alojaba en la noche en la cancha de nguillatún, para que los espíritus negativos no se apropiaran del lugar, y en la mañana comenzaban los saludos y llegaban las banderas y el sonido de trutrucas y rascahuillas y comenzaba la ceremonia. A mí lo que más me impactaba era cuando se producía el momento del llellipún, momento de la gran oración, entonces las mujeres bailaban purrún con los niños y los hombres hacían el laun, corrida a caballo. Yo sentía que se movía la tierra porque habían muchos caballos y los hombres se dirigían hacía el oriente y gritaban y luego sonaban los instrumentos y el cielo azul y las banderas azules, sentía que me elevaba en esto, la visión del azul era mucho más intensa y me hizo vivir en eso."

Elicura Chihuailaf


El tiempo que sueña, que nos soñamos que nos sueña

La Palabra surge de la Naturaleza 
y retorna al inconmensurable Azul 
desde donde nos alegra y nos consuela  
Cuando la Palabra cree / imagina
interrogarse  
no es sino lo innombrado que la interroga
para sacudirla  
para desempolvarla, para intentar 
devolverle su brillo original  
¿Para qué entonces el deseo
de decirlo todo  
si, como en un tejido, el Ahora
-en el tiempo circular-
existe y se completa
con las hebras del ayer 
y del mañana? 
Así nos dice el tiempo que sueñav
que nos sueña. Que soñamos.

Elicura Chihuailaf



"Ha cambiado la historia para nosotros, claro. Los "libros oficiales" dicen que son otros los que la hicieron y la siguen haciendo por nuestros pueblos. Los héroes de esta historia, en un mundo "civilizado" en el que ya no debiera haberlos, son los invasores [...] Lautaro es el futuro que vislumbramos, detrás de la cortina del misterio y del compromiso, y que saldrá como la luz de nuestros ojos."

Elicura Chihuailaf



Ko ñi newen yeneenew
(Los poderes del agua me llevan)

Zewma fvchan iñche aliwen 
       rayilelu mu 
azkintulen fiñ ti afpun mapu
Tunten kvrvf mew miyawken?    
       kimlam
Nome lafken mew petu konchi 
       antv mew
werkvlenew zewma ñi Kallfv Kvyen
amuan ka ñi llowmeafiel 
       pu Fvchakecheyem
Kallfv, kallfvley tati mapu 
       chew yiñ amuan
Ko ñi newen ñochikechi yeneenew
Wenu Lewfv kiñe pichi troykeley 
       mvten tuwaykvlelu kom 
       afpun Mapu mew

Tvfachi Pewma mew mvlewean:
Remumvn pu remukelu! Ñvkvfkvlen     
       amutuan
lakenochi vlkantun mogen mew.

Elicura Chihuailaf

Los poderes del agua me llevan

Viejo estoy y desde un árbol 
       en flor miro el horizonte
¿Cuántos aires anduve?, no lo sé
Desde el otro lado del mar el sol 
       que se entra 
me envía ya sus mensajeras
y a encontrarme iré 
       con mis abuelos
Azul es el lugar adonde vamos
Los poderes del agua me llevan 
       paso a paso
Wenulewfv, el Río del Cielo 
es apenas un pequeño círculo 
       en el universo

En este Sueño me quedo:
¡Remen remeros! En Silencio 
       me voy
en el canto invisible de la vida.

Elicura Chihuailaf


La llave que nadie ha perdido

La poesía no sirve para nada 
me dicen 
Y en el bosque los árboles
se acarician con sus raíces azules
y agitan sus ramas el aire
saludando con pájaros 
la Cruz del Sur
La poesía es el hondo susurro 
de los asesinados 
el rumor de hojas en el otoño 
la tristeza por el muchacho  
que conserva la lengua  
pero ha perdido el alma 
La poesía, la poesía, es un gesto 
un sueño, el paisaje 
tus ojos y mis ojos muchacha 
oídos corazón, la misma música  

Y no digo más, porque nadie encontrará 
la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis Antepasados 
el día de invierno que arde 
y apaga
esta melancolía tan personal

Elicura Chihuailaf



"Las acciones pasan porque el pueblo chileno comience a aceptarse a sí mismo, a valorar su hermosa "morenidad", a sentir que su mundo surge y se construye en estos tiempos a partir de dos culturas, que son las culturas indígenas, específicamente en nuestro caso, la mapuche. Por lo tanto deje de tener los ojos puestos en Europa, lugar que no le pertenece y tampoco le reconoce, puesto que si vamos a Europa juntos, chilenos y mapuches, somos recibidos como cabezas negras sin distinción. Incluso los europeos tienen mucha más valoración sobre nuestra cultura, porque están de vuelta. Entonces, que aprendan a respetarse a sí mismos, porque no puede haber una cultura que no se respete a sí misma y pedir que se respete la diversidad. El chileno se discrimina a sí mismo porque no reconoce su "morenidad", es decir, se está mirando en un espejo obnubilado, es como cuando se sale de la ducha y el vapor empavona el espejo y uno sale desnudo y se enfrenta a él y como no se ve, sólo se sospecha, entonces entra a jugar la imaginación y yo, flaco, pienso que tengo músculos o yo, gordo, pienso que estoy en las mejores condiciones físicas. Pero eso tiene su límite, porque tarde o temprano la imagen se va a destruir si limpiamos el espejo. Si eso lo descubrimos demasiado tarde, el chileno no va a saber lo que en realidad constituye su figura verdadera. Entonces, si se acepta a sí mismo y se mira en toda su potencialidad, va a ver también al indígena que lo habita y, por lo tanto, va aceptarlo y verá lo enriquecedor que puede ser tener culturas que tienen perspectivas distintas y que, por lo tanto, completan y enriquecen la visión de mundo. Es como si tú estás de espalda a la ventana y no ves el paisaje que estoy viendo en este momento, la cumbre aquella llena de árboles, pero tú ves otra parte que yo no estoy viendo y si hablamos de esto, completamos nuestra visión del entorno. Ese diálogo puede ser absolutamente enriquecedor y no hay muchos pueblos que tengan esa posibilidad. No estoy hablando que todo el país sea bilingüe, pero hay lugares específicos, como la mal llamada región de la araucanía, que es la región mapuche, en la que debe haber un bilingüismo.
Hoy dicen que al mundo mapuche no le gusta la tecnología, el problema es cómo, con qué velocidad y en qué aspecto. Es decir, los conceptos de tiempo y desarrollo son distintos y deben respetarnos en esa condición, que no sea una cosa de paternalismo, sino que de real preocupación en aspectos que son muy profundos. Yo esto lo conversaba con mis hijas que son estudiantes, una de medicina y la otra de veterinaria; cómo es importante, en el caso de la medicina humana, la preocupación por el espíritu., que es lo que hace la Machi. En el sanador occidental es el cuerpo y luego el espíritu. La Machi busca lo que le dice el espíritu de la persona y entonces comprende lo que sucede con su cuerpo."

Elicura Chihuailaf



Ñi pewma mew vlkantunmu ti puel mapu witrunko
(Cuando en mis sueños cantan las aguas del este)


Choñv kachuwvn 
gvnetulmekefiel ti mawvn
ka pvrvm wamfiñ ti pvlef 
       chi mawvn
witrulu lelfvn mew
Gvforechi mu ti mawvn!
allkvtuwvn, puru purugen
       ti rayen mu
Nepeli fey ayiwkvlen witrañ    
       pvramuwan
nvwkvlean feyti kvme nvmvn    
       lafanza rayen mu.

 Elicura Chihuailaf


Cuando en mis sueños cantan las aguas del este

Marchito pasto soy 
haciendo señales 
       a la lluvia
mas luego siento 
las primeras gotas
que caen sobre el campo
¡Que me moje esta agua!
me oigo decir, bailando  
       entre las flores
Al despertar me elevaré
       emocionado
sosteniéndome en el aroma
       de una lavanda.

Elicura Chihuailaf



Piedra

Las piedras tienen espíritu 
dice nuestra Gente 
por eso no hay que olvidarse 
de Conversar con ellas 
Hay piedras positivas
que las Machi / los Machi ponen  
-para que dancen-  
en sus Kultrun 
Y hay piedras negativas  
que brillan como vidrios  
y sólo dan sombras de luz 

Elicura Chihuailaf


"Yo creo que no hay un aparato crítico en el mundo rnapuche, en el sentido occidental; la evaluación es más bien de otra forma, tiene que ver más con la afectuosidad y el cómo tú te comunicas... Pero para mí no tiene gran interés, por eso yo hablo de «oralitura». Y no solamente entre los mapuches, sino entre los demás pueblos indígenas que quedaron encerrados dentro de este territorio, dentro de sus Estados. Están los creadores con la experiencia que yo he tenido, construyendo sus textos en la oralidad, con la experiencia de haber nacido en comunidades... Nuestros textos, nuestros mundos poéticos, se han ido construyendo primero oralmente, luego hemos pasado a ese proceso de apropiación al que te referías.
Nosotros tenemos una fuente cultural que está en la ruralidad y hay un grupo, entre los cuales estoy yo, que estuvimosen la fuente y entramos a la otra parte, que es la ciudad, para representarlo de alguna manera en la escritura. Y hay otra parte que es más reciente, que surge en la ciudad: los mapuches urbanos. Cómo podríamos evaluar y decir "esto es mejor que aquello", cuando se está en un proceso en el cual están muy bien representados esos segmentos. Pienso que de entre nosotros van a surgir aquellos con capacidad teórica occidental para evaluar lo que están haciendo sus propios hermanos. Lo que se hace en las ciudades es una buena motivación para que aquellos que están en la fuente empiecen a analizar sus propios cantos. Lo analizamos con Jaime Valdivieso en el encuentro «Zugutrawn, reunión en la palabra», en Temuco, cuando él hizo de anfitrión por el lado chileno y yo por el lado mapuche. Conscientemente incluíamos o excluíamos. Claro, entre nosotros considerábamos «oralitores» a gente nuestra que está en la oralidad, que es tan poeta como cualquiera de los que hemos publicado más o menos libros. Entonces, no seré yo el que evalúe a aquellos hermanos que están en la oralidad. De alguna manera uno va recibiendo la opinión de su gente y cada cual tiene a partir de eso su propia experiencia."

Elicura Chihuailaf















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