Afanes de gloria

Aun asaltan tenaces la memoria
los sueños de la edad adolescente;
aun parecen que agitan a la mente
los ecos seductores de la gloria.

Hoy los claros ejemplos de la historia
demuestran con su lógica evidente
que los vivos afanes de la gente
son el triunfo de efímera victoria.

Los laureles, la pompa lisonjera,
el amor que nos jura dulce sueño
con la pasión que el alma poetiza,

no son más que la bruma pasajera,
deslumbrante ideal, fugaz ensueño,
polvo impalpable, arena movediza.

Manuel Ramírez

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