"Amar la naturaleza es convertirse en ella. Deshacer las distancias.
Ser mágico es traspasar los límites entre uno mismo y lo otro.
Yo soy el árbol, la luna, esa nube o la placidez del lago. Viven en mí y son yo.
Los amo y ellos me reciben y me aman en una oleada de felicidad.
Disuelvo mi forma por todo lo que me rodea, y soy todo lo que me rodea.
Entonces siento y comprendo todas las cosas del mundo."

M. Miyo
Devas y naturaleza mágica



"También entre los viejos árboles se encuentran a veces formas minerales y pétreas que representan hadas, faunos o geniecillos pícaros, que son un símbolo de la fuerza que irradia de ese lugar. En los robles, las hayas, las encinas y olmos existen también pequeñas cavidades profundas que es donde aparecen estos seres citados (que son los encargados de su crecimiento) en el curso de las ceremonias, siempre que sean invocados adecuadamente. Toda persona que llega a contactar con uno de ellos no lo olvida jamás, pues recibe de regalo un cierto conocimiento de los secretos de la Tierra."

Miyo
Devas y naturaleza mágica
Tomada del libro de Jesús Callejo Cabo Gnomos, página 192



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