Amor más poderoso que la vida

Ella camina en sombras, ciega a la luz, y ríe.
Su corazón entonces es una oscura piedra
que un racimo de lluvias bruñe bajo su carne.
Ella conoce el mar y la palabra
aunque jamás pronuncia su humedad y su ruido.
Cuando los ríos crecen y la angustia proclama
su condición de géiser,
me ilumina,
me avisa del guijarro que se cierne en mis ojos,
me alerta de los surcos donde el miedo nos hiere.
Un hombre está mirando,
abierto en el dolor pequeño y hondo
de vivir, a quien llega,
con sus manos azules, a vendimiarle el alma.

Un hombre está mirando a una mujer que toca
con sus ojos la lumbre.
Ella ríe y no cesa de beber en la sal que deja el beso
con un río de plata por la sangre.
Y me mira y percibe la oscuridad que arrastro desde antiguo
con el vacío de Dios en la mirada.
Hemos reconocido en este eterno celo de mirar y mirarnos
que ni la vida puede abatir con sus garfios amor tan poderoso.

Manuel Gahete Jurado


Aprendiz de sabiduría

Sabes que el nacimiento duele más que la muerte,
que nos consume el légamo de las necesidades,
que el amor es un orden para dioses con suerte.

Sabes que desfallece en la distancia
la amistad si el amigo
deja tu corazón sobre las brasas.

Sabes que las palabras son flores en el viento:
si nadie las pronuncia, se marchitan.

Sabes que nuestras vidas son luces de un momento,
hojas en un paisaje;
que nadie vive ajeno al día del fracaso
ni una noche de gloria es más digno equipaje.

Sabes que ser valiente te vacía
del amor y el dolor, de cuanto quieres,
de cada sorbo amargo de la vida.

Todo llega hasta ti. Todo se evade.
Es la dura verdad: cuanto más vivas,
más cerca te sabrás del ignorante.

Manuel Gahete Jurado



"En todas las cosas de la vida. El amor esta presente en todo: la naturaleza, el aire, el cielo, el mar… y sobre todo en la persona amada. También en tus hijos y en tu familia, pero, sobre todo, en la mujer que amas. Es mi musa, única y principal."

Manuel Gahete Jurado


Epílogo de amor

Sobre tu piel renazco. Mi debelada fuerza
ergógena, insistente se vuelve a reclamarte.
Tañes en mis oídos la cántiga más triste.
Mi cuerpo es a tu imagen, átomo de tu cuerpo.

Te reconozco apenas. El beso de tus labios
parece remozarse como una fruta joven
sobre mi piel de invierno. Apenas me conozco,
me reconozco apenas espasmo de tu beso.

Por devolverte intacta tu prístina alegría
yo tronzaría mi vida, la rompería en añicos,
haría de mis ojos sarta para tu cuello.

Y negaría mi nombre si con ello olvidaras
la cicatriz o lágrima que agraz ajó tu vida.
¡Te cambiaría ahora mi vida por tu sueño!

Manuel Gahete Jurado



Memorándum

Solo el tiempo reserva la memoria del hombre,
sus cálices sagrados, su dolor en la arena,
el amor —como fruto perenne de su pena—
trasvolado en una agua de vida que lo asombre.

Y solo el tiempo asume su verdad y su nombre,
el dardo amarillento de tan breve condena.
Espera que otro cuerpo trizado como avena
de la piel de sus labios otros besos escombre.

A los hombres nos gusta enlazar nuestras manos
a la luz de la antorcha, cuando nadie vigila
y todos somos uno, el fuego, hasta la sangre.

Comer el pan hermano que parten los hermanos,
amasar la esperanza que se yergue y oscila
hasta que una mañana la sombra nos desangre.

A los hombres nos urge revivir la pasada
estación de las luces que la muerte recobra,
hablar de nuestras ansias si es que el aire nos sobra
y arrancar cada día el trigo de la nada.

A los hombres nos cumple sortear la vaguada
donde el barco sin rumbo tercamente zozobra
y amansarnos el alma, dulce diente de cobra,
con la música roja de la lírica amada.

Es mirarlo a los ojos, devolverle un saludo.
No es difícil el hombre si se vive de frente,
cara a cara, en silencio, a sorbos, sin escudo.

Sólo pide un espacio de paz para sus hijos,
una mujer —no un ángel— sorbida lentamente
y un pedazo de tierra para sus ojos fijos.

Manuel Gahete Jurado


"Para mí un buen poema tiene que tener, sobre todo, emoción, que exprese una gran intensidad emotiva, que emocione. En segundo lugar, tiene que tener música, que cuando la escuches parezca que estás escuchando una canción. Y, en tercer lugar, que diga más de lo que realmente dice; esto se llama expresionismo en poesía y se consigue a través del símbolo, de la metáfora, de la alegoría… Porque el poema no transcribe la realidad, sino que transcribe la realidad a través del intelecto, por lo que es fundamental ese ‘decir más de lo que se dice’. En resumen, las tres palabras clave son, para mí, emoción, música y expresionismo."

Manuel Gahete Jurado



"Pienso que todo buen escritor tiene que ser indiscutiblemente un buen lector. Es como el gimnasta que se machaca para llegar a ser bueno. La lectura es básica para poder escribir y la mejor manera de transmitir la pasión por la lectura es la escuela. Yo creo que es fundamental enseñarlos a leer y a hacerles amar la poesía."

Manuel Gahete Jurado



Ruleta

He salido a la calle
tendiendo una sonrisa
con un río de savia brotándome en los labios,
y ha rodado su chispa de cristal
y su agua
borbollando en el seco ejido de la acera.

He salido a la calle
y mis manos ardientes
han prendido su lumbre sobre unos ojos claros,
brasa viva en el hambre
del hombre que me niega
un brasero o un labio donde encender el fuego.

He salido a la calle
con el viento solano
como un álamo libre acreciendo en el aire:
mástil, el pensamiento
donde el cuerpo se arriesga
y contra todo orden sueña su mundo aparte.

He salido a la calle.
En la piel aún se agita
¡pobre niño indefenso!
el severo coraje de beberme la vida.
Si hurga Dios todavía en la orilla del pecho
aquella flor marchita grana como un tesoro.

He salido a la calle,
una tarde cualquiera,
vestido de payaso,
bufón, juglar, idiota,
a ver si encuentro a alguien
que, por besos o risas,
sin que le cueste mucho,
quiera prestarme el alma.

Manuel Gahete Jurado


Vida

Amo en silencio el ruido
y la estampida de los ríos alados
que se yerguen
en el alto cenit del horizonte.
Amo tu sed
y vivo cada instante
para gozar el súbito contacto
de tu piel en los besos
encendiéndose.
Amo tu cuerpo.
Amo la costumbre
de tenerte a mi lado
y despertarme
con tu imagen amiga en la mirada.
Amo tu ser
y amo que me ames
cuando el dolor irrumpe
como un potro
por los ríos de fuego de la sangre.
Amo la vida,
sí,
amo la vida
como la muerte ama
cada germen
de desazón, resuello y arrebato.
Amo la vida.
Tanto amor me vence,
me consume,
me enerva,
dilapida
el silencio, la sed, tu cuerpo, todo.
Amo la vida en ti,
luz de la sombra,
saliva en la sequía,
flor de la escarcha,
como se ama a un niño perseguido
por el abuso, el hambre y la violencia.

Manuel Gahete Jurado







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