Amor puro

El amor que te brindo, vida mía,
no es amor terrenal, ofrenda impura
que se tributa solo a la hermosura,
que nace y muere como flor de un día;

es Carila una luz que el alma guía
en este inculto erial, mazmorra oscura,
es el néctar que endulza la amargura
que mi apenado corazón sentía;

es el bálsamo suave del consuelo
que derramó el Señor sobre mi frente
para premiar mi afán y mi desvelo;

es el lazo purísimo, luciente,
que unirá nuestras almas en el cielo,
para unidas vivir eternamente.

Manuel José Díaz

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