Anhelos en la ausencia

Mientras nuestro mundo sea de ausencia
quiero ser la vida que flote por tu casa,
la invisible ilusión que la transforme,
igual que tú la mía has transformado.
Quiero habitar en el libro que más quieres,
ser la pluma acariciada por tus manos,
el objeto que miran los ojos que aún no he visto,
el aire que respiras, y el sueño que en la noche
se posa en tu mente, como un pájaro.
Quiero ser el alma de tu cuarto
y abrazarte desde ahí cuando despiertes
cada día, tan lejos y tan cerca de mi mundo.
Quiero ser el universo que te envuelve,
la cara de la cruz de la existencia fría.
Quiero, en el murmullo de esa ola
que escuchas en la playa de tus tardes,
ser el sueño que le cuentas que no tienes.
Quiero ser las manos que te acunan,
los dedos que te arropan, el alma que te abraza
y un beso que hace un nido por tu frente.
Quiero ser la mujer que veas crecer
sobre tu piel, como una hiedra
que sobrecoja tu alma al envolverte.
Quiero ser la caricia que tú añoras,
la risa que imaginas, el beso que te espera,
y un día, quizás no muy lejano,
quiero convertirme en realidad…

María J. Calandria


Podría llorar

Porque la vida es una noria
que nunca se para
y no siempre es divertida;
podría llorar por tantas cosas,
…aunque fuese feliz.
Llorar por los que no lo son,
por la tragedia que sustenta el milagro,
por el milagro que a ella la sustenta.
Porque estuve triste sin motivo,
porque tuve tantos motivos
y no pude sentir pena.
Porque el gallo canta
y la vida vibra,
y, aunque yo soy una con ella,
hoy no estoy unida a nada
y me siento partida.
Podría llorar por tantas cosas;
por aquello que no tengo,
que no necesito,
que tanto deseo.
Por la noria que no para
aunque el niño tenga miedo
y el viejo esté cansado.
Podría llorar por ti
que también eres yo
y no te conozco;
y por ti, que te conozco
sin saber reconocerte en mí.
Podría llorar por tantas cosas,
y sin embargo no lloro.
Por ti que te fuiste
aunque nunca llegaste,
y por ti que no has llegado
y que ya estás aquí,
en el “te espero” de mi esperanza.
Podría llorar por la vida
que siento latir fuera,
siempre afuera…

María J. Calandria


Versos y abrazos

Esperarte es saber de despedidas
que viene de la mano del encuentro,
como el agua de muerte que va dentro
de los cauces del río de esta vida.

Amarte es revivir en esa herida
del corazón que sangra cuando vive
ardiente amanecer, en el declive
del sol que en mí renace y me reaviva.

Te vas, y es el soneto que se escribe,
el aire que respiro al esperarte...
Tu ausencia es mi alma quien la vive.

Mientras yo sueño con volver a amarte,
mi alma y mi corazón juntos te escriben
versos... ¡Ese es su modo de abrazarte!

María J. Calandria











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