Día del holocausto

Quiero que mi palabra sea viento
donde llantos de muertos por millones
siempre vivan en alas de canciones.
Aunque de tanto en tanto algún cruento

intente difundir un pensamiento
(que más que pensamientos violaciones
son al derecho de uno o de millones
a vivir la vida sin un lamento)

que ha dejado en la historia, humana herencia
de esvásticas y de desolaciones
que indignan al que profesa decencia.

Gas que hiere a nuestros corazones
no podrá adormecer nuestra conciencia
sino ser la paz en nuestras canciones.

María Cristina Azcona



La flor de la paz

Abre sus pétalos de terciopelo
Mientras la cubre gélido rocío,
Hecho de lágrimas que forman río,
De los que sufren sin tener consuelo.

Rosa el fulgor ya desvanece el frío
De su color bajo un celeste cielo.
Ya ni el dolor, el miedo o el flagelo
Sobreviven ante su aroma pío.

Quiere darnos paz bajo un sol dorado,
Esmeralda el cáliz, la faz sedosa...
Sentir que al fin el mundo está cambiado...

Flor que nos da su fruto, generosa...
¡Debería crecer sobre este prado!
¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!

María Cristina Azcona


La paz vislumbrándose

Su música se escucha cristalina.
Viene desde el origen del lamento.
Allí donde hay un ángel que camina
sobre los pétalos del pensamiento.

Sus acordes hacen vibrar al viento.
Traslúcida y ligera lo domina
hasta que lo vuelve manso, dulce y lento.
Incluso llega a ser brisa marina.

La paz es pánico hecho tranquilidad.
Es guerra de sangre transformándose
en esperanza que se hace realidad.

La paz es un sueño componiéndose
sobre los despojos de esta humanidad.
Parece que fuera vislumbrándose.

María Cristina Azcona


Mundo hueco

De lo profundo llega débil ruido
(Oro en polvo volátil, leve vida.)
La vista abajo como desvaída
De este hombre, fuego fatuo engreído.

Mordiendo el odio rueda enardecido.
Por una pendiente se va en caída.
Existe el consejo pero desoído.
Hay conciencia pero está dormida.

Retumban guerras de dolor constante,
¡Qué idea hueca en cerebros vacíos!
Algo de locas y algo de ignorantes.

Digamos basta y le pongamos brío,
Que de portarnos mal ya fue bastante
Y que el Bien gobierne a nuestros albedríos.

María Cristina Azcona


Oración de alternativa

¿Por qué el alma establece alternativa
Entre el buen obrar y el mortal pecado?
Sería más fácil que mientras viva
Se inclinara siempre hacia el mismo lado.
¿Por qué no se escabulle fugitiva
Hasta arrodillarse ante el Dios amado?
Y deja de negarse a ser soldado
De la sangre de Cristo rediviva.

Pero Tú la has querido traicionera
Que cada vez que pueda te ofendiese
Como si fuera por la vez primera
Y al encontrarte tu perdón pidiese.
Dejaste que se afirme en la quimera
Para que luego a tu redil volviese.

María Cristina Azcona



















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