Lo incierto

Golpe a golpe tal vez o risa a risa,
–quién va a saber lo que el destino guarda!
seguiremos la ruta, tierra parda
en que la huella quedará imprecisa.

Oiremos en las ondas de la brisa
la fiesta de oro y luz que nos aguarda
y, como el alma a veces se acobarda,
llegaremos de hinojos a la misa.

Y se irán bien y mal. La mariposa
apartarás de la esbelta rosa
cuando fulguren los primeros lampos.

Y nada nuestro quedará de todo,
ni siquiera una cruz en el recodo
que santigúe el silencio de los campos.

Manuel Segura Méndez

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