Pasajera

Sentada en el tren
de los días
soy espectadora
de cómo giran locos los molinos,
de cómo se detiene el viento.

Pasan los campos esmaltados
y el universo cae fragmentado
pedazo de un espejo...
Migajas de pasión,
de horas cansadas,
de dolores sufridos,
de luchas desatadas...

Por el humo,
por el fuego,
por la fama,
por el sándalo oloroso,
por la juventud lejana...

La vida es muestrario
que pasa, cual la ráfaga
girando enloquecida entre las aspas.

Tras los deshilachados versos
se desatan los rostros del amor
en fuga de estrellas y distancias.
Soy espectadora
de los tiempos...

Pasajera de todas las batallas...
Esta batalla es sólo mía,
la travesía es larga
y llega a la última estación
con la raíz de hierro
y el grito desgarrado.

El tren de los días
a mitad del canto ya no canta.

María Lydia Torti









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