Recuerdo el día aquel...

Recuerdo el día aquel, cristal brumoso
en el que fui a cazar por tu ribera;
entonces el fulgor, la primavera:
la aparición del tacto melodioso.

Mi vida se ha fundado en ese gozo
–mi vida de romántica madera–,
sin ti, reír es nube pasajera;
sin ti, soñar es páramo dudoso.

Recuerdo bien, cuando te vi surgir
–crisálida de intentos valerosos–,
tatuando con diamantes mi sentir.

No morirás jamás, cristal lluvioso,
pues cuando sienta el último latir
aún arderá tu arpegio luminoso.

Marcelo Urioste


Textura de Anhelo

Los pasos del reloj están contados;
la muerte se reclina en el umbral.
Yo... soy el timonel enamorado
que accede a tu sonrisa inmaterial.

La fiebre de vivir muere de lado
con ganas de ceñirte hasta el final.
En... medio del dolor hay un poblado
que acecha tu textura matinal.

los humedos fantasmas de mi alcoba
añoran una fertil religión.
Sus canticos de rusticas caoba

tallados por el sabio salomón,
desvelan al monarca de la trova
y vierten destino en mi canción. 

Marcelo Urioste








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