"ALEJANDRO: No hay hado ni fortuna, ni dicha ni desdicha en este mundo. Es juicio de los cielos este rigor profundo que mi vida importuna en justos paralelos. El bien y el mal, en mérito y castigo, se dan al malo y bueno. Mi hacienda perdí ya, juego enemigo, y sobre mi palabra agora perdí más. Yo me condeno a que la tierra sus gargantas abra. ¡Oh, Roquillo! ¿Aquí estás?
ROQUE: ¡Vaya, un partido! Los dos para los dos. Vengan pelotas. ¡Jugar! ¡Venga! ¡Ya va! ¡Falta! ¡No es falta! ¡Choza, muchacho, allí! ¡Vale! ¡Lo quiero! ¡Pelotas! ¡Oh, qué floja! ¡Envida, envida! Hace que hincha la pelota. ¡Chis, chis!¡Cómo está buena! ¡Jugar! ¡Qué bien! ¡Tener quince! ¡No es quince! ¡Señor don [Berenjena], una atraviesa sacó la vuestra! ¡Primo con vusía! ¡No quiero atravesar, por vida mía!
ALEJANDRO: ¿Estás borracho o loco?
ROQUE: Todo.
ALEJANDRO: Dime, ¿qué haces?
ROQUE: ¿No lo ves?
ALEJANDRO: ¿La capa?
ROQUE: Pesa. ¿Qué jugador has visto de pelota que sombrero ni capa tenga encima?
ALEJANDRO: Dime, Roquillo, ¿cómo estás en cuerpo?
ROQUE: Me dormí en ese poyo y llegó Caco.
ALEJANDRO: Pesado sueño fue.
ROQUE: ¡Y pesada burla!
ALEJANDRO: ¿Y en mi negocio, te has dormido?
ROQUE: Grullo he sido vigilante.
ALEJANDRO: ¿Traes respuesta?
ROQUE: ¡Y cómo que la traigo!
ALEJANDRO: ¡Ah, Roque, amigo! Como estoy sin cadenas y sin joyas, a visitarla no me atrevo. Me vio galán la vez primera.
Agora, ¿qué dijera?
ROQUE: Un arbitrio he de darte a ese propósito.
ALEJANDRO: Dame el papel.
ROQUE: Escúchalo primero. Cayó, por sus pecados, una zorra en una trampa que un pastor le puso. Huyó aunque la cola cortada se quedó en la trampa aguda. Andaba triste y sola como mona la pobre. Al fin propuso a su zorruno rey que hiciese cortes, que a toda la república importaba la causa que trataba. Se juntaron las zorras a consejo y ella sentada, por cubrir su falta, dijo que convenía que sin hopos viviesen, pues el hopo a ninguna servía sino de pelo y lazo a ser cogidas; que importaba a sus vidas ser descoladas. Pero a tal consejo, su rey, zorrazo viejo, respondió: "Levantaos, que ver queremos si acaso tenéis cola." Se levantó y el arbitrio se rió. Tú puedes, mi señor, a los galanes de la corte decir, que les conviene que cadenas y joyas no se pongan, pues, se pierden al juego y a las damas también la causa incita. Y yo juntaré a cortes mis lacayos, y a todos propondré no traigan capas y en cuerpo acompañemos y a los pajes del rey imitaremos."

Antonio Mira de Amescua
La casa del tahúr


“Breve bien, fácil viento, leve espuma.”

Antonio Mira de Amescua


“De largas enemistades 
vienen paces, pero cortas,
porque es pasar de odio a amor.”

Antonio Mira de Amescua


"Déjate de espantos y temores, Catalina, y dime: ¿qué te falta? Dime qué es porque estoy dispuesto a ir a buscarlo a la más alta sierra. ¿Quieres que vaya trepando? ¿Quieres que descienda a un río? ¿Que vaya a un risco de Cuenca a buscarlo? Si quieres que en este prado se crucen los bellos arroyos, y que estén cuajados de humor y de leche, yo exprimiré alegremente en ellos las ubres de mi ganado. Si quieres ver que Enero se convierte en Octubre, haré que viertan las cubas su mosto. Y si quieres que sea Agosto, desataré mi granero."

Antonio Mira de Amescua
El pleito del diablo con el cura de Madridejos
Tomada del libro de Ángela Vallay, El arte de amar la vida página 74



“Dios sólo a los allegados 
da los bienes existentes;
el mundo los da prestados, 
pero el demonio, aparentes.”

Antonio Mira de Amescua



"En esta vida en que estamos todos somos peregrinos del cielo, aunque caminamos por diferentes caminos."

Antonio Mira de Amescua



“... Hoy es mujer; y en suma 
breve, bien, fácil viento, leve espuma.”

Antonio Mira de Amescua


"Oh Musas, recebid al doctor Mira, que con tanta justicia al lauro aspira, si la inexausta vena de hermosos versos y conceptos llena, enriqueció vuestras sagradas minas en materias humanas y divinas."

Antonio Mira de Amescua



Procura tú que este amor

"Procura tú que este amor nunca llegue a ser deseo; que si amando y esperando vive el alma cuidadosa, de ti se vengó la diosa. Fuerza es morir deseando."

Antonio Mira de Amescua



“Si es cobarde,
será razón que se guarde
del valiente y el fiel,
porque siempre el que es cobarde
es traidor, y así es cruel.”

Antonio Mira de Amescua


"Ya vuelo á la oscuridad; no me quiero arrepentir; vela he sido, que al morir muestra mayor claridad.
Don Dios es, ingrato, ¡muera! navegante soy que á nado salí del mar del pecado y me anegué á la ribera» ¡Muere, traidor! (Apunta á don Diego y no dispara) Dom, Santo Dios, socorred en tanto mal; no dio lumbre el pedernal; sánate Petre, ora por nos. Pues que no ay santo lacayo que me libre de este fuego, válgame un santo gallego; socorredme vos, san Payo."

Antonio Mira de Amescua
El esclavo del demonio















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