"El filósofo nos enseña que las cosas más manifiestas a Dios y a la naturaleza son las más desconocidas para nosotros. Y por eso, las que nos son más conocidas son las menos conocidas a la naturaleza. Por lo que se ve que hay un árbol de conocimiento que viene del cielo hacia nosotros, y otro que va desde nosotros hacia el cielo. Así hay dos árboles, por los cuales vienen y van las virtudes divinas. En el árbol visible, sensible y femenino, plantado de abajo a arriba o de nosotros hacia el cielo, son colocados los nombres masculinos extendiéndose de lo alto hacia lo bajo como antes los hemos expuesto. Dentro del árbol escondido e invisible, que tiene la raíz en el cielo, están los nombres del orden femenino, invertido, material y bajo. Pues, desde que Eva o nuestra primera madre fue conducida a Adán para ser su compañera, ellos fueron dos en una carne. No obstante, como Adán tenía sus grados masculinos y tendentes de lo alto a lo bajo por su autoridad, también tenía Eva los suyos de lo bajo a lo alto por su sujeción. Y del mismo modo que la forma tiene sus grados de lo alto a lo bajo, la materia y el mundo inferior tienen los suyos de lo bajo a lo alto. Luego es necesario que como Jesucristo, reparador del alma y del pecado de Adán, solamente tenga sus santas virtudes tendentes del cielo a la tierra como forma masculina y formal. También se da por la parte de Eva, para la reparación del cuerpo de un individuo femenino puro, el mismo orden y abismo de virtudes divinas pero procediendo de lo bajo a lo alto. Pues si no fuese así, Jesucristo no tendría tanto poder para restituir como Satán para destruir. Si habiendo sido dañados el hombre y la mujer, y el cuerpo y el alma, si no fuésemos restituidos totalmente en espíritu divino por el espíritu femenino por medio del cual participan desde el vientre de nuestra madre todos los fusmes preordenados de Dios, Dios sería privado de su preordenación, lo cual es imposible. Pero habiendo tratado ya muy ampliamente este argumento tanto en los comentarios del Zohar interpretados y expuestos en Venecia como en el libro del Bahir, y en los comentarios sobre el Libro de Ruth, ambos enviados a Oporinus, impresor de Basilea, remito a ellos al lector para certificar los misterios, el espíritu y la revelación eterna de la Madre del mundo."

Guillaume Postel
Interpretación del candelabro de Moisés


"La mente, por su pureza, comete buenos errores del corazón, pero la generosidad del corazón debe rescatar la esterilidad egoísta del cerebro ... La religión para la mayoría es superstición basada en el miedo, y quienes profesan eso no tienen a la mujer. corazón, porque son ajenos al divino entusiasmo de ese amor maternal que explica toda religión. El poder que ha invadido el cerebro y une al espíritu no es el del Dios bueno, comprensivo y sufriente; es perverso, imbécil y cobarde ... El cerebro congelado y arrugado pesa sobre el corazón muerto como una lápida. Qué despertar será para la comprensión, qué renacimiento para la razón, qué victoria para la verdad, cuando el corazón se elevará por gracia! ... Las sublimes grandezas del espíritu de amor serán enseñadas por el genio materno de la religión. La Palabra se hizo hombre, pero el mundo se salvará cuando la Palabra se haga mujer."

Guillaume Postel


"No es posible a Dios moverse con ningún tipo de movimiento, ya sea en el espacio o en voluntad, o bien por alguna afección o alteración. Y así toda la Providencia del mundo para manejar y gobernar tanto por vía de misericordia como por vía de justicia es otorgada al citado espíritu santo, nombrado con la voz femenina Shekinah, cuyas propiedades y atributos son las propiedades y atributos de Dios. Pues el gran nombre de Dios está en medio de su espíritu, que habita entre nosotros. Este es el entendimiento general, el príncipe total y superior de todos los entendimientos, la mente de todas las mentes, el espíritu de todos los espíritus, el jardín de la voluptuosidad eterna, el jardín de las manzanas fragantes; en suma, la perfección en la que están todas las perfecciones. Por habitar esta sustancia en todo el mundo se llama Shekinah; por rescatar a todo el mundo de las penas del infierno se llama capporeth o redención; por ser la verdadera armonía y perfección universal que se extiende y se oye en todas partes, ella es llamada caftor. Pues, así como la forma, la fuerza y la potencia de toda la naturaleza están en la bóveda celeste, del mismo modo está en esta armonía el alma del mundo, y del cielo principalmente, porque ella abre y descubre todos los secretos de la divinidad y de la infinidad de Dios (ya que es imposible que ninguna criatura del mundo arribe al conocimiento de Dios si no es por medio de lo que cierra, y que nadie puede abrir ni cerrar); por ello es llamado Parochet o velo."

Guillaume Postel

















No hay comentarios: