"Una pequeña línea
bajo tu nombre intacto
une tu nacimiento
con tu muerte
y un tiempo amargo,
de incontables rocas
afirma en la memoria
tu recuerdo.
Sobre nuestro dolor,
más profundo que el llanto,
cayó la angustia nueva
de tu adiós resignado.
Y nos sentimos solos
más verdaderamente
cuando al tender las nuestras
no encontramos tus manos.
Confusos nos miramos
uno al otro, buscándote,
porque tú eras tan claro
como el libro y la música.
Pero en aquella hora
ciega y definitiva
la muerte sola daba
su palabra segura.
Para decir a aquellos
que no te conocieron
cómo era tu serena
presencia en nuestra vida
hay que hablar de la tierra
donde crecen los árboles
y del color del viento
que dobla las espigas.
Fuiste sencillo y puro.
No te borra la sombra
ni oscurecen tu rostro
los dedos del silencio.
Para pensar en ti
no hay lágrimas inútiles.
Basta decir “amigo”
para sentirte cerca."

Álvaro Sanclemente



No hay comentarios: