"A nuestro deseo le hace falta la música sabia."

Rimbaud

“Ahora puedo decir que el arte es una tontería.”

Arthur Rimbaud



"Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que todos los vinos se escanciaban.
Una tarde, me senté a la Belleza en las rodillas. - Y la encontré amarga. - Y la cubrí de insultos.
Me armé contra la justicia.
Escapé. ¡Oh brujas, miseria, odio: a ustedes se les confió mi tesoro!
Logré que se desvaneciera en mi espíritu toda la esperanza humana. Sobre toda alegría, para estrangularla, salté como una fiera, sordamente.
Llamé a los verdugos para, mientras perecía, morder las culatas de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la arena, en la sangre. La desgracia fue mi dios. Me tendí en el lodo. Me dejé secar por el aire del crimen. Y le hice muy malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la horrorosa risa del idiota.
Ahora bien, últimamente, habiendo estado a punto de soltar el último ¡cuac!, se me ocurrió buscar la clave del antiguo festín, en el que había, quizá, de recobrar el apetito.
La caridad es esa clave. - ¡Semejante inspiración demuestra que todo fue un sueño!
"Seguirás siendo hiena, etc.", exclama el demonio que de tan amables adormideras me coronó. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo, y todos los pecados capitales."
¡Ah! Ya he aguantado demasiado: - Pero, querido Satanás, te lo suplico, menos irritación en la pupila. Y mientras van llegando las pequeñas cobardías que faltan, para ti, que tanto valoras en el escritor la carencia de facultades descriptivas o instructivas, arranco unas cuantas páginas repelentes de mi cuaderno de condenado."

Arthur Rimbaud
Una temporada en el infierno




"Besé sus finos tobillos. Y estalló en risa, tan suave, risa hermosa de cristal."

Rimbaud


"Cambia nuestra suerte, acribilla las plagas comenzando por el tiempo."

Rimbaud


“De mis ancestros conservo los ojos celestes, el cerebro estrecho y la imprudencia de la lucha.”

Arthur Rimbaud



"Desde ese momento te adoré: adoraba, no tus cabellos, no tus omóplatos, no tu contoneo inferiormente posterior: lo que amo en una mujer, en una virgen, es la santa modestia; lo que me hace brincar de amor es el pudor y la piedad; ¡es lo que adoré en ti, joven pastora!…
Trataba de hacerle ver mi pasión; pero, por otro lado, mi corazón, ¡mi corazón me traicionaba! Yo sólo respondía con palabras entrecortadas a sus preguntas; en mi turbación, ¡varias veces le dije Señora en vez de Señorita! Poco a poco me sentía sucumbir a los acentos mágicos de su voz; terminé decidiendo abandonarme, renunciar a todo; y, a no sé ya qué pregunta que me hizo, me eché hacia atrás en la silla, puse una mano sobre el corazón, con la otra saqué de mi bolsillo un rosario cuya cruz blanca dejé pasar, y, con un ojo en Thimothina y el otro en el cielo, respondí dolorosa y tiernamente, como un ciervo a una cierva:
—¡Oh, sí! Señorita… ¡¡¡¡Thimothina!!!!
¡Miserere! ¡Miserere! — En mi ojo deliciosamente abierto hacia el techo cae de pronto una gota de salmuera, que resbala de un jamón colgado encima de mí, y cuando, todo rojo de vergüenza, despertando de mi pasión, bajé mi frente, me di cuenta de que en mi mano izquierda tenía, en lugar de un rosario, un biberón oscuro; — ¡mi madre me lo había confiado el año anterior para dárselo al hijo de fulana! — Del ojo que yo tendía hacia el techo se desprendió la amarga salmuera: — pero del ojo que te miraba, ¡oh Thimothina!, corrió una lágrima, ¡lágrima de amor y lágrima de dolor!
Algún tiempo después, una hora, cuando Thimothina me anunció una colación a base de judías y de una tortilla de torreznos, todo emocionado por sus encantos, respondí a media voz: —¡Tengo el corazón tan henchido que, mire, esto me arruina el estómago! — Y me senté a la mesa; ¡oh!, todavía lo siento, su corazón había respondido a la llamada del mío: durante la breve colación, ella no comió: — ¿No te parece que huele algo raro?, repetía ella; su padre no comprendía; pero mi corazón lo comprendió: era la Rosa de David, la Rosa de Jesé, la Rosa mística de la escritura; ¡era el amor!"

Arthur Rimbaud
Un corazón bajo una sotana



"Dijo: 'Yo no amo a las mujeres. El amor hay que reinventarlo, todo el mundo lo sabe'."

Arthur Rimbaud



“El arte es una tontería.”

Arthur Rimbaud



El barco borracho

"Mientras descendía por Ríos impasibles,
sentí que los remolcadores dejaban de guiarme:
Los Pieles Rojas gritones los tomaron por blancos,
clavándolos desnudos en postes de colores.

No me importaba el cargamento,
fuera trigo flamenco o algodón inglés.
Cuando terminó el lío de los remolcadores,
los Ríos me dejaron descender donde quisiera.

En los furiosos chapoteos de las mareas,
yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños,
¡corrí! y las Penínsulas desamarradas
jamás han tolerado juicio más triunfal.

La tempestad bendijo mis desvelos marítimos,
más liviano que un corcho dancé sobre las olas
llamadas eternas arrolladoras de víctimas,
¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!

Más dulce que a los niños las manzanas ácidas,
el agua verde penetró mi casco de abeto
y las manchas de vinos azules y de vómitos
me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.

Y desde entonces, me bañé en el poema
de la mar, lleno de estrellas, y latescente,
devorando los azules verdosos; donde, flotando
pálido y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;

¡donde, tiñendo de un golpe las azulidades, delirios
y ritmos lentos bajo los destellos del día,
más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras,
fermentaban las amargas rojeces del amor!

Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas
y de las resacas y de las corrientes:
¡yo sé de la tarde, del alba exaltada como un pueblo de palomas,
y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!

¡Yo he visto el sol caído, manchado de místicos horrores.
iluminando los largos flecos violetas,
parecidas a los actores de dramas muy antiguos
las olas meciendo a lo lejos sus temblores de moaré!

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
besos que suben de los ojos de los mares con lentitud,
la circulación de las savias inauditas,
y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!

¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados
enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes,
sin pensar que los pies luminosos de las Marías
pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!

¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas
mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel
de los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas
bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!

¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas
en las que se pudre en los juncos todo un Leviatán;
los derrumbes de las aguas en medio de la calma,
y las lejanías abismales caer en cataratas!

¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas!
naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros
donde serpientes gigantes devoradas por alimañas
caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!

Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
de la ola azul, los peces de oro, los peces cantores.
Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos
y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.

A veces, mártir cansada de polos y de zonas,
la mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce
elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas
y yo permanecía, al igual que una mujer, de rodillas...

Casi isla, quitando de mis bordas las querellas
y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios.
¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes
los ahogados descendían a dormir, reculando!

O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
no hubieran salvado la carcasa borracha de agua;

Libre, humeante, montado de brumas violetas,
yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared
que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas,
líquenes de sol y flemas de azur;

Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas,
tabla loca, escoltada por hipocampos negros,
cuando los julios hacían caer a golpes de bastón
los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;

¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas
el celo de los Behemots y los Maelstroms espesos,
eterno hilandero de las inmovilidades azules,
yo extraño la Europa de los viejos parapetos!

¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas
donde los cielos delirantes están abiertos al viajero:
¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilas,
millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?

¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras,
toda luna es atroz y todo sol amargo:
El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras.
¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!

Si yo deseo un agua de Europa, es el charco
negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado
un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta
un barco frágil como una mariposa de mayo.

Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas,
arrancar su estela a los portadores de algodones,
ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes,
ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones.

Arthur Rimbaud




“... El estudio primario del hombre que desea ser un poeta es su propio y total conocimiento. Busca su alma, la examina, la tienta, la instruye. Tan pronto como la conoce, su obligación es su cultivo. El alma puede llegar a ser monstruosa... El debe ser un viajero al interior de sí mismo... El poeta se hace a sí mismo un vidente, por un trastorno tremendo y razonado de sus sentidos. En todas las formas de amor, sufrimiento y locura, se busca a sí mismo; consume en su interior todos los venenos, para retener sólo las quintaesencias... Así, alcanza lo desconocido, y cuando al límite de la locura acaba por perder el entendimiento de sus visiones, él ya las ha contemplado."

Arthur Rimbaud
Tomada del libro de Kenneth Grant, Fuera de lo círculos del tiempo, página 21


"El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás, ¡oh esplendor de la carne! ¡Oh esplendor ideal! ¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes, la blanca Calpigia y el pequeño Eros cubiertos con nieve de las rosas las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!"

Rimbaud



“El poeta es realmente ladrón de fuego.”

Arthur Rimbaud



“El poeta se hace vidente a través de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos.”

Arthur Rimbaud


“El sol, como un hogar de ternura y de vida
Vierte su amor ardiente en la tierra encantada…”

Arthur Rimbaud




“En los atardeceres azules de verano iré por los senderos,
picoteado por el trigo, a pisar la hierba menuda:
soñador…”

Arthur Rimbaud


"En la horca negra bailan, amable manco, bailan los paladines, los descarnados danzarines del diablo; danzan que danzan sin fin los esqueletos de Paladín."

Rimbaud



"En seguida descubro la botina, la media, y... Reconstruyo los cuerpos, consumidos por hermosas fiebres. Ellas me encuentran gracioso y hablan entre sí, muy quedo...Y mis deseos brutales se cuelgan de sus labios."

Rimbaud


“Es el amigo ni violento ni débil. El amigo.
Es el amado ni atormentador ni atormentado. El amado.
Aire y el mundo no buscado. La vida.”

Arthur Rimbaud
Vigilias



“Es falso decir “yo pienso”. Se debería decir: “me piensan”.”
Rimbaud


“Espero a dios como golosina.”

Arthur Rimbaud



Flores

"Desde una gradería de oro -entre los cordones
De seda, las gasas grises, los terciopelos verdes y los discos

De cristal que se oscurecen como el bronce

bajo el sol-, veo abrirse la digital sobre un tapiz

De filigranas de plata, de ojos y cabelleras.

Monedas de oro amarillo sembradas sobre el ágata,
Pilares de caoba que soportan una cúpula de esmeraldas,
manojos de rasos blancos y finas varas de rubí
rodean la rosa de agua.
Semejantes a un dios con enormes ojos azules
Y con formas de nieve, el mar y el cielo atraen a las terrazas
De mármol la multitud de jóvenes y fuertes rosas."

Arthur Rimbaud



"Golpeó una puerta, y, en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, bajo el deslumbrante chubasco."

Rimbaud


"Hay que ser absolutamente moderno."

Arthur Rimbaud



"¡Hay que ver! ¡Cuántos amores espléndidos he soñado!"

Rimbaud


"Hay una catedral descendente y un lago ascendente. Hay un pequeño carruaje abandonado en el soto, o bien bajando a toda prisa por el sendero, adornado con cintas. Hay una compañía de cómicos ambulantes, vestidos para la representación, divisados en el camino por entre la linde del bosque. Hay siempre, en fin, cuando se tiene hambre y sed, alguien que llega y os echa de allí."

Rimbaud


“He tendido cuerdas de campanario a campanario; guirnaldas de ventana; cadenas de oro de estrella a estrella, y bailo.”

Arthur Rimbaud



"Iba por ahí, con las manos metidas en los bolsillos rotos; hasta tal punto mi gabán se volvía ideal..."

Rimbaud



Infancia

En el bosque hay un pájaro, su canto os detiene y ruboriza.
Hay un reloj que no suena.
Hay una hondonada con un nido de bestias blancas.
Hay una catedral que desciende y un lago que sube.
Hay un pequeño carruaje abandonado en la espesura que baja corriendo por el sendero, lleno de cintas.
Hay una banda de cómicos en trajes de teatro, percibidos en el camino a través de los confines del bosque.
Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa.
(...)
Soy el santo, en oración en la terraza, cuando las bestias llegan hasta el mar de Palestina.
Soy el sabio en el sillón sombrío. Las ramas y la lluvia golpean la ventana de la biblioteca.
Soy el caminante de la ancha carretera entre los bosques enanos; el rumor de las esclusas cubre mis pasos. Por largo tiempo veo la melancólica lejía del poniente.
Sería gustoso el niño abandonado en el muelle que partió hacia la alta mar, el pajecillo que sigue la alameda cuya frente toca el cielo.
Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Que lejos los pájaros y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos."

Rimbaud



“Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano, herido por el trigo, a pisar la pradera; soñador, sentiré su frescor en mis plantas y dejaré que el viento me bañe la cabeza.”

Arthur Rimbaud



¡La hemos vuelto a hallar!

"¡La hemos vuelto a hallar!
¿Qué?, la Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Alma mía eterna,
cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.

Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..

Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.

Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor
es el deber.

¡La hemos vuelto a hallar!
-¿Qué?- -La Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol."

Arthur Rimbaud



“La honestidad de la medicina me llena de dolor.”

Arthur Rimbaud




"La moral es la debilidad del cerebro."

Arthur Rimbaud



“…La tempestad bendijo mis desvelos marítimos.
Más liviano que un corcho dancé sobre las olas…”

Arthur Rimbaud


"La Verdad es un alma y un cuerpo."

Arthur Rimbaud


“La vida es la farsa que todos debemos representar.”

Arthur Rimbaud


“La vida florece por el trabajo, vieja verdad.”

Arthur Rimbaud



“Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Qué lejos los pájaros y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos.”

Arthur Rimbaud



"No digo una palabra: continúo mirando la carne de sus blancos cuellos, bordados de locos mechones; persigo, bajo la blusa y los frágiles atavíos, el divino dorso parejo a la curva de sus hombros."

Arthur Rimbaud



Mañana

"¿No tuve un vez una juventud amable, heroica, fabulosa, digna de ser escrita en hojas de oro) ¡Demasiada suerte! ¿A qué crimen, a qué error debo mi actual debilidad? Vosotros que pretendéis que los animales lloren de pena, que los enfermos se desesperen, que los muertos tengan malos sueños, tratad de contar mi caída y mis sueños. Tengo la misma dificultad para explicarme que el mendigo con su Pater y Ave María. ¡Ya no sé hablar!
Sin embargo, hoy, creo que he acabado el relato de mi infierno. Claro que era el infierno: el antiguo, cuyas puertas abrió el hijo del hombre.
Desde el mismo desierto, en la misma noche, mis ojos cansados siguen despertándose con la estrella de plata, siguen, sin que los reyes de la vida se conmuevan, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¡Cuando iremos, más allá de las playas y de los montes, a saludar al nacimiento del nuevo trabajo, la nueva sabiduría, la huida de tiranos y demonios, el fin de la superstición, a adorar, ¡los primeros!, ¡La Navidad en la tierra! ¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Esclavos, no maldigamos la vida."

Arthur Rimbaud



“Maravillosas, han palidecido
Al gran sol de amor cargado…”

Arthur Rimbaud




"Me creo en el infierno, luego estoy allí."

Arthur Rimbaud



"Mediante la poesía llegar a lo desconocido."

Arthur Rimbaud

“Nuestra barca, alzada en las brumas inmóviles, se orienta hacia el puerto de la miseria, la enorme ciudad del cielo manchado por fuego y lodo. ¡Ah, los andrajos podridos, el pan mojado en lluvia, la ebriedad, los mil amores que me crucificaron!…”

Arthur Rimbaud


“Pero, se lo ruego, no subraye ni con el lápiz, ni demasiado con el pensamiento.”

Arthur Rimbaud


"Por delicadeza he perdido mi vida."
Rimbaud

"¡Por el rocío enjugada, qué bien me huele en el albor!"



Primera velada

"Desnuda, casi desnuda; 
y los árboles cotillas 
a la ventana arrimaban, 
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón, 
desnuda, juntó las manos. 
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

-Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda 
revolaba por su risa
y su pecho -en la flor, mosca ,

-Besé sus finos tobillos. 
Y estalló en risa, tan suave,
risa hermosa de cristal. 
desgranada en claros trinos...

Bajo el camisón, sus pies
-¡Basta, basta!» -se escondieron. 
-¡La risa, falso castigo 
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos 
mis labios besaron, suaves: 
-Echó, cursi, su cabeza 
hacia atrás: «Mejor, si cabe...!

Caballero, dos palabras...»» 
-Se tragó lo que faltaba 
con un beso que le hizo 
reírse... ¡qué a gusto estaba!

-Desnuda, casi desnuda; 
y los árboles cotillas 
a la ventana asomaban, 
pícaros, su fronda pícara."

Arthur Rimbaud
Versión de Andrés Holguín



"Pronto, como un lebrel, acecho botas, medias. Reconstruyo los cuerpos y ardo en fiebres hermosas. Ellas me encuentran raro y van cuchicheando. Mis deseos brutales se enganchan a sus labios..."

Arthur Rimbaud


"Pues tú te desprendes de los asuntos humanos, ¡de los simples impulsos!"

Arthur Rimbaud




"¡Qué vida! La auténtica vida está ausente. No estamos en el mundo."

Arthur Rimbaud



Sensación

"En las tardes azules de verano, iré por los rastrojos
picoteado por el trigo, a pisar la menuda hierba,
y entre mis pies sentiré, soñador, su frescura, dejando
que el viento bañe mi cabeza desnuda.
No diré nada, en nada pensaré:
el amor infinito me subirá hasta el alma,
y me iré lejos, lejos, como un bohemio cualquiera
por la Naturaleza, —tan contento como una hembra."

Arthur Rimbaud




"Seremos felices. Habrá un nido de besos oculto en los rincones."

Arthur Rimbaud


“¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue! Porque el hombre ha terminado, el hombre representó ya todos sus papeles.”

Arthur Rimbaud


"Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma."
Arthur Rimbaud



Sol y carne

"¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!
Porque el hombre ha terminado, el hombre
         representó ya todos sus papeles.
En el gran día, fatigado de romper los ídolos,
resucitará, libre de todos sus dioses,
y, como es del cielo, escrutará los cielos.
El ideal, el pensamiento invencible, eterno,
todo el dios que vive bajo su arcilla carnal
se alzará, se alzará, arderá bajo su frente.
Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,
vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,
te acercarás a darle la santa redención.
Espléndida, radiante, del seno de los mares,
tú surgirás, derramando sobre el Universo
con sonrisa infinita el amor infinito,
el mundo vibrará como una inmensa lira
bajo el estremecimiento de un beso inmenso...

El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,
¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal 
¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora
en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,
la blanca Calpigia y el pequeño Eros
cubiertos con nieve de las rosas
las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!"

Arthur Rimbaud



"Son los conquistadores del mundo buscando la fortuna química personal; el sport y el confort viajan con ellos; llevan la educación de las razas, las clases y las bestias, en ese navío."

Arthur Rimbaud



Soneto de las vocales

A negra, E blanca, Y roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles,
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos,
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Angeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos! "

Arthur Rimbaud



"Soy el santo, orando en la terraza, como las bestias pacíficas que pacen hasta el mar de Palestina. Soy el sabio del sillón sombrío. Las ramas y la lluvia se lanzan contra la ventana de la biblioteca."
Arthur Rimbaud



"Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano de una metrópoli creída moderna porque todo gusto conocido ha sido evitado en los mobiliarios y en el exterior de las casas así como en el trazado de la ciudad."
Arthur Rimbaud



"Soy un inventor de muy distinto mérito que todos los que me han precedido; incluso un músico, que ha encontrado algo así como la clave del amor."
Arthur Rimbaud

“Tanta paciencia tuve que todo lo he olvidado.”

Arthur Rimbaud




"Un atardecer, senté a la Belleza sobre mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la insulté."

Arthur Rimbaud



"Ver lo invisible, oír lo inaudible."

Arthur Rimbaud



"Y me dirás: ¡busca! , reclinando la cabeza; y dedicaremos nuestro tiempo a encontrar ese animalito que viaja mucho."

Arthur Rimbaud



"¿Y si un trozo de madera descubre que es un violín?"

Arthur Rimbaud


"¡Y yo hablaba de una mano amiga! Es una buena ventaja poder reírme de los viejos amores engañosos y cubrir de vergüenza a esas parejas mentirosas -he visto allá el infierno de las mujeres- y podré poseer la verdad en un alma y un cuerpo."

Arthur Rimbaud


“Yo amaba el desierto, los huertos quemados, las tiendas marchitas, las bebidas templadas. Me arrastraba por apestosas callejuelas y, con los ojos cerrados, me ofrecía al sol, dios de fuego…”

Arthur Rimbaud



“Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.”

Arthur Rimbaud



“Yo he visto algunas veces lo que el hombre ha creído ver.”

Arthur Rimbaud


"Yo observo la historia de los tesoros que ustedes encontraron. ¡Veo la continuación! Mi sabiduría es tan despreciada como el caos. ¿Qué es mi nada, frente al estupor que les espera a ustedes?"

Arthur Rimbaud







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