Abismo

Es un temblor reptando por mis venas
un susurro de notas que nos trajo el olvido
te sueño con angustia despierta en cada calle
y escucho tu canción
con el miedo de todos los relojes
me desespero al fin por esta muda sombra
que envuelve la distancia
caminas por el filo de las horas
como boca gigante
como engullendo el mundo que todavía me odia
como odiando mis ojos que sólo ven
los tuyos en el aire
tiéndeme tu mirada rescátame del fondo
sálame de esta mar enfurecida
de esta horrible condena
sólo quiero tu nombre doloroso
guardar para tus manos
este ramo de besos infinitos.

Luis Arrillaga



Bosque del recuerdo

Pájaros de la niebla, singladura del viento,
holocausto y fulgor de trompetas malignas,
 mis pies saben el gozo de la carne y la piedra
cuando cantan la sed de palabras altivas.
El aroma del sol penetra en mis estancias
y la muerte se aleja de la fiebre del día.
Un abrazo de espuma ignora el estertor del olvido
 que yace en la voz de la brisa.
 Los cipreses de fuego tiemblan bajo el ocaso
 si mis manos escuchan la paz de las heridas.
Una oración lejana se oculta entre los cuerpos
 del dolor y el placer en la misma guarida.
 La herencia de la noche no cabe en mis bolsillos,
 ni tampoco el desmayo de un tiempo de ceniza.
Sólo guardo en mi pecho la luz de la memoria
 de unos seres nacidos en el beso y la dicha.

Luis Arrillaga
Lo escribió como Homenaje a las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid



La caída de la hoja
(Parque del Buen Retiro)

Las rosas culebrean
en surtidores llenos de lujuria
el lago tiene sed de cisnes y palomas
mientras el frío se derrama
ante un palacio altivo
en la gruta descansan la codicia
una carroña de arrepentimiento
y los besos procaces
pero la noche se aproxima
en arboledas lánguidas y ríos de cicuta
alfombras de hojas muertas
conocen el sollozo del tiempo inescrutable
y también el dolor del abandono
es una soledad en las fauces dormidas
del ídolo de barro
es la canción de los espejos
asesinando la nostalgia
y los sauces llorones se estremecen
sobre la nueva nieve amarillenta.

Luis Arrillaga


Transito

 Me aturde el sexo antiguo
y los besos perdidos en la niebla
de la derrota sin descanso
voy salvando la sangre derramada
como pecio de luz
atesoro los labios del olvido
de una muñeca de furor
cuando por fin los ojos de la culpa
se desploman de miedov hay pájaros en lontananza
que acomodan la tarde a los quejidos
hay una sed de siemprevivas
y esta agonía de claror y espuma
para huir de las aguas venenosas
cuando el silencio permanezca
como rosa de vértigo
cuando el cielo se instale entre las manos
sin lluvia de alfileres
esperaremos la palabra ungida.

Luis Arrillaga








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