"El arte de pasar posiblemente sea la menos apreciada entre las dotes de un jugador pero es la más preciada para mí; un buen pasador es tan importante como un buen anotador ya que un buen pase es sinónimo de canasta convertida."

Božidar Maljković


"En el Baloncesto solo hay dos posibilidades: sprint o stop."

Božidar Maljković


"Mi equipo nunca debe rendirse: todo lo que no nos mata nos hace más fuertes."

Božidar Maljković


"No me gustan los agentes. Estoy muy decepcionado con muchos de ellos. Son gente que tiene millones de euros y no paga ni una Coca-Cola. Yo nunca he tenido agente. Me intentaron poner uno en Barcelona y no quise. Lo hice todo con un abogado, el que ahora le lleva todo a Zeljko Obradovic. Después de eso, Giannakopoulos me llamó personalmente y hubo una persona que solo por darle mi teléfono le cobró cien mil dólares. Le dije que estaba loco por pagar eso. A día de hoy hay deal entre los directores de clubes, agentes de jugadores y demás. Es muy difícil comprobarlo; uno te paga en Gibraltar, el otro en Andorra, y aquí no ha pasado nada. Muchos de mis colegas hacen más dinero con esto que con su contrato."

Božidar Maljković


"Para mí una final de la Copa del Rey de la ACB es mejor que cualquier partido de la NBA. Y si la final de la ACB es en Málaga, cerca del mar, con boquerones y carabineros, ¡mucho mejor que en Los Ángeles!"

Božidar Maljković



"Soy un caso muy difícil de explicar. Mi familia nació en Croacia y los mejores años de mi vida los pasé en Split entrenando a la Jugoplastika. Mi mujer es serbia, pero también con orígenes croatas. De modo que soy serbio, pero Croacia es fundamental en mi vida. Yugoslavia está dentro de mi corazón todavía. Era un gran país. Siento mucha nostalgia. A Belgrado llegué en el año 66. Mi madre aún vive, tiene ochenta y siete años, estamos cada día con ella. Y mi padre era militar, coronel. Lo que más recuerdo de él es que cada vez que me explicaba cómo llegar a algún lugar en coche me daba las coordenadas, como hacen en el ejército, y yo siempre me perdía con esa información, no la entendía. Acababa perdido en el campo. Siempre me peleaba con él por eso. Pero en realidad mi padre no tenía mentalidad castrense, era como un poeta. Muy buena persona. No era duro, como yo. De niño jugaba mucho al ajedrez con él, hasta que le gané; no quiso enfrentarse más a mí.
Aunque una cosa que me trató de inculcar sí que me marcó. Trabajar duro, decía, ocurre solo cuando te sudan las muñecas, por la parte donde pasan las venas. Solo por ahí. Si te esfuerzas de verdad, sudas por esa parte. En serio. Lo comprobé una vez que construimos una casa de verano cerca de Split, trabajé como un animal en verano. No teníamos mucho dinero y yo soy hijo único, así que me deslomé para levantar esa casa. Llevaba tantos kilos encima que me temblaba todo el cuerpo, pero de repente lo vi, me estaban sudando las muñecas, y me puse a gritar a mi padre: «¡Milan! ¡Milan! ¡lo he conseguido!».
A mis jugadores se lo he dicho siempre: no es un buen entrenamiento si no sudas por las muñecas. Años después recuerdo que estaba jugando contra el Breogan y me llamó un amigo para decirme que mi padre se había dado un golpe en la cabeza. Me dijeron que no era grave, pero sentí que iba a morir. Estaba con Unicaja y los chicos jugaron para mí, sabían que estaba triste, y ganaron. Cogí un coche alquilado directo a Madrid, un avión, escala en Frankfurt, y llegué a Belgrado. Mi padre aguantaba con vida solo para poder tocar mi muñeca. Lo hizo y murió. Pudo haber vivido más, pero estaba cascado por su experiencia en la Segunda Guerra Mundial. Fue partisano, luchó contra los nazis y le habían metido dos balas en la espalda. Se me fue con setenta y siete años."

Božidar Maljković



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