Flores y almas

Del perfumado edén do florecieron
heterogéneas plantas primorosas,
osé arrancar unas gallardas rosas
cuyas espinas, pérfidas, me hirieron.

Mártires de mis ansias también fueron
los lirios de hojas tersas y sedosas,
y al troncharlos fragancias olorosas
derramando su savia me ofrecieron.

Almas hay, que vulgares y mezquinas
hieren, como las rosas con espinas,
al que inconscientemente los agravia;

almas hay, superiores, que prefieren
cual los sensibles lirios, si les hieren
sufrir la herida y derramar la savia.

Luz Gay


Hadas

Las hadas que en las tardes bonancibles
descienden a la margen de la fuente,
cuando rizan la onda transparente
los besos de las brisas apacibles;

las que en los juncos verdes y flexibles
reclinan mustia la abatida frente
buscando alguna tregua a la doliente
memoria de desdichas ostensibles;

no son «las desposadas del ensueño»,
son hadas que errabundas peregrinan
desierta el alma del placer risueño,

y sin ver en su senda flor alguna,
sollozantes y pálidas caminan
huérfanas del amor y la fortuna.

Luz Gay


Inspiración

Recorren las agujas silenciosas,
las horas, en la esfera señaladas,
y en el reloj las doce campanadas
una tras otra vibran sonorosas.

Duerme la creación; y las hermosas
fantásticas visiones de las «hadas»
de su aligero vuelo fatigadas,
mueren entre las brumas tenebrosas.

Solo mi pensamiento, delirante
en la región de las ideas vela,
vagando entre la rima, el consonante

y las estrofas, porque loco anhela,
hallar en ello el eficaz calmante
del agitado afán que me desvela.

Luz Gay







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