Lucía

Por la luz necesaria a toda sombra
te he buscado y te busco todavía
en la casa olvidada, tan vacía,
donde el eco en el cuarto te renombra.

En tu patio la flor sin aguacero
está mustia de sed por dondequiera
y no cuelga la larga tendedera
desde el sol de la tarde hasta el alero.

Hoy se va ya tu sueño enamorado
penitente en la almohada y en las quejas
de ese gato que busca por las tejas.

El color de la sala no ha cambiado:
es la luz que se quiebra entre los cirios
extrañando tu suave olor a lirios.

Luis Espino

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