A vates incipientes

Al pedirme un elogio del Soneto,
mal contáis con mi pluma, que, reacia
se detiene, pues ve su ineficacia
en asunto que a juicio lo someto.

El tratar de internarme en el secreto
del Arte, de lo Bello y de la Gracia,
en mí sería pretenciosa audacia
y empresa superior, que no acometo.

Sois vates incipientes; mis lecciones
hubieran de causaros confusiones:
admitir, por lo tanto, mis excusas.

Yo no acierto a ensalzar las rutilantes
refulgencias del oro y los diamantes
del joyel predilecto de las Musas.

Casilda Antón del Olmet


Aventuras

Blancas palomas que al dejar el nido,
henchidas de ilusiones vuestra mente,
la mirada fijáis impertinente
en un foco de luz desconocido.

Alzáis el vuelo sin prestar oído
al rumor de algún ave delincuente ,
no arredra a vuestro espíritu impaciente
el de la caza destructor sonido.

Por las ciegas ambiciones impelidas,
sin notar del halcón el espionaje,
lleváis hacia el peligro vuestras vidas.

Antes de terminar vuestro viaje
por una flecha del amor heridas
en el fango mancháis vuestro plumaje.

Casilda Antón del Olmet



"El amor y la constancia
son enemigos mortales;
por eso yo no te quiero,
para poder ser constante."

Casilda Antón del Olmet


El perro

Si el hambre un día por mi puerta entrara,
de tu cariño no rompiera el lazo,
más te acercas a mí si te rechazo,
dieras el pecho si alguien me atacara.

Odiarías a todo el que me odiara,
tú me cobras la pieza que yo cazo,
sufres paciente el golpe de mi brazo,
mis pasos seguirías si cegara.

Vigilas receloso mientras duermo,
no te apartas de mí si estoy enfermo,
lames con gratitud mi avara mano.

Si Francisco de Asís te conociera,
de hermano el nombre con amor te diera;
yo no soy digno de llamarte hermano.

Casilda Antón del Olmet



"La mujer debe ser, no la rival del hombre, sino su compañera. Pero ¿cómo debe educarse a la mujer para que sea una digna compañera del hombre? A la mujer hay que hacerla, ante todo, buena; su corazón debe ser modelado para las virtudes cívicas, inculcándole el sentimiento del honor y de la justicia, al par que la dulzura y el sacrificio; su voluntad para el bien debe ser robustecida, a fin de que sea dueña de sus propios actos; una voluntad débil o mal encaminada es el producto de una moralidad descuidada."

Casilda Antón del Olmet


Maternidad

De sus polluelos siempre rodeada,
cuidado infatigable les prodiga;
les cede el trigo y la sabrosa hormiga,
con verlos prosperar recompensada.
Pierde su mansedumbre acostumbrada
si el defenderlos a luchar obliga;
con sus alas de madre los abriga
en los rigores de la madrugada.
Cantando sólo en el alumbramiento,
la gallina demuestra su contento
y en triunfo resonante lo convierte.
Fébril e inmóvil no abandona el nido
y de sí misma llegará al olvido
hasta causarle por amor la muerte.

Casilda Antón del Olmet


"Me acerqué a su tumba fría
y le declaré el secreto
que guardé mientras vivía."

Casilda Antón del Olmet


Rosa de pasión

Como la espiga por la hoz segada,
como la rosa que marchita el viento,
ha inmolado su vida a un sentimiento
en sus deberes fija la mirada.

Con el velo nupcial amortajada,
sola, entre cirios sobre el pavimento,
sin que la hubiese ajado el sufrimiento
conserva su hermosura inmaculada.

Hay en su boca un gesto sonriente,
se halla su faz de palidez cubierta
y un destello de luz brilla en su frente.

Hacia la calle la ventana abierta,
el vulgo que pulula indiferente
en la tragedia ve solo una muerta.

Casilda Antón del Olmet















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