“El diagnóstico del autismo se ha convertido en una broma cruel.”

Edward Shorter


"¿Es posible que los síntomas de EM / SFC sean ocasionalmente causados ​​por una enfermedad real pero no diagnosticada? En algunos casos, indudablemente, pero el término también incluye otras dos poblaciones clínicas: pacientes con somatización delirante, que simplemente malinterpretan las señales que envían sus cuerpos, y pacientes con un trastorno psiquiátrico como la depresión, que a menudo causa sentimientos de dolor y fatiga. estos dos últimos grupos no están bien atendidos al afirmar que tienen una enfermedad orgánica oculta ".

Edward Shorter



“La epidemia del autismo es un claro ejemplo del diagnóstico de una patología que queda a la deriva en el contexto de una población que, por general, nunca se ha preocupado de la atención médica.”

Edward Shorter


La psiquiatría tiene registros desde hace más de doscientos años. En base a esos registros, esto es lo que se necesita solucionar a día de hoy:

1- Utilizar el modelo médico, no el modelo biopsicosocial, para delimitar enfermedades en psiquiatría. Esto significa realizar una cuidadosa delimitación psicopatológica de las entidades patológicas, su verificación por pruebas biológicas, y su validación a través de una respuesta diferencial a la medicación. Este sería un primer paso, como se hizo con la melancolía y la catatonía.

2- Romper el "nudo Kraepeliniano" ("Kraepelinian grip") de los diagnósticos con la abolición del muro entre los trastornos afectivos y las psicosis crónicas que este autor erigió en 1899.

3- Restaurar la unidad Kraepeliniana de los trastornos afectivos agrupando la depresión mayor, el trastorno bipolar, y las manías en un mismo crisol, que llamaremos enfermedad de Kraepelin (este grupo tendrá elementos psicóticos pues hemos derribado el muro).

4- Completar la liberación de la catatonía como una entidad patológica independiente denominándola "Enfermedad de Fink" por Max Fink que luchó contra toda probabilidad para trasladarla desde un "subtipo de esquizofrenia" hasta concederle un lugar propio como tiene hoy, en parte, en el DSM-5.

5- Retirar la clasificación de las enfermedades mentales lejos de la  American Psychiatric Association y su DSM y dársela a una agencia independiente, tal como el Karolinska Institute o el National Institute of Mental Health (NIMH) para un nuevo comienzo desde cero (la OMS no sería un candidato serio pues su CIE ha sido corrompida de manera notable por el DSM).

6- Eliminar el psicoanálisis de la formación psicoterapéutica de los residentes (es como hacer que un curso de astrología sea requisito para la formación del os astrólogos). 

7- Incrementar infinitamente la formación de los residentes en psicopatología (y "tirar a la cuneta" los criterios operativos del DSM).

8-  Fortalecer una formación coordinada entre psiquiatría y neurología, para que las "neurociencias clínica" pare de estar dominada por la neurología, y la psiquiatría reciba otra dosis científica.

9- Terminar con la histeria de no aceptar bolígrafos y similares de la industria farmacéutica bajo la premisa de que tales muestras sesgan el juicio clínico.

10- Recuperar la historia de la psiquiatría el lugar prominente que le corresponde en el curriculum (y en la lecturas de ocio de los clínicos) porque es el saber histórico el que nos recuerda la fragilidad de nuestros diagnósticos y lo inadecuado de los tratamientos.

Edward Shorter











































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