El ladrón

Mientras la virgen rústica dormía
cercano el lecho a la ventana abierta,
y su hermosura, a la penumbra incierta,
un cisne en su remanso parecía;

yo, que la contemplaba y que sentía
toda la sangre de mi ser despierta,
estuve a punto de gritar: "¡Alerta!",
cuando pasó el ladrón la celosía.

Yo le vi penetrar por la ventana;
vile llegarse, de cautelas lleno,
al lecho de la virgen aldeana...

¡Era un rayo de luna que, sereno,
besó su casta desnudez pagana,
tembló de amor y se durmió en su seno!

José de Jesús Esteves


Tono menor

Nunca he visto nevar. Pero en mis sueños
dejo a veces las tierras tropicales
y a las árticas voy en los sedeños
lomos de mi Pegaso de ideales...

Entonces a lo largo de un camino
todo tristeza, soledad y albura,
peregrino con fe de peregrino
bajo la nieve silenciosa y pura.

Y son nocturnos mis cansados viajes,
y están llenos de luna los paisajes
por donde cruza mi pegaso leve.

Y viajo envuelto en azuladas brumas,
mientras descienden de los cielos plumas
de las muertas palomas de la nieve.

José de Jesús Esteves










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