"El que examine mi máquina, si quiere hacerse cargo del procedimiento que se emplea y formar un concepto aproximado de su modus operandi, tiene que desechar la idea de las máquinas que funcionan por el principio de la presión y agotamiento, por la expansión del vapor u otro gas análogo que choca contra una resistencia, tal como el pistón de una máquina de vapor. 
Mi máquina no tiene pistón, ni excéntricas, ni existe la mínima presión ejercida en el mecanismo, cualquiera que pueda ser su tamaño o capacidad. Mi sistema, en todas sus partes y detalles, así en el desarrollo de la potencia como en sus diversas aplicaciones, está fundado en la vibración simpática. De ninguna otra manera sería posible despertar o desarrollar la fuerza, de igualmente imposible sería que mi máquina funcionase con arreglo a algún otro principio… Éste, sin embargo, es el verdadero sistema, y de aquí que todas mis operaciones se encaminen en esta dirección; es decir, que mi fuerza se engendrará, mi máquina marchará y mí cañón funcionará, por medio de un alambre conductor. 
Sólo después de años de labor incesante y de experimentos casi innumerables, que me obligaron a construir muchos y muy raros aparatos mecánicos; sólo después de investigar y estudiar minuciosamente las propiedades fenomenales de la substancia “etérea”, producida per se, he llegado a poder prescindir de mecanismos complicados, y a obtener, como pretendo, dominio sobre la fuerza sutil y extraña que estoy manejando."

John Ernst Worrell Keely



"Eliminando el proceso de todos los términos técnicos, es simplemente esto: tomo agua y aire, dos medios de diferente gravedad específica, y produce a partir de ellos un efecto bajo vibraciones que libera del aire y del agua un éter interatómico. La energía de este éter es ilimitada y difícilmente puede ser comprendida. La gravedad específica del éter es aproximadamente cuatro veces más ligera que la del gas hidrógeno, el gas más ligero descubierto hasta ahora."

John Ernst Worrell Keely



"Es como el platino para el gas hidrógeno. La separación molecular del aire nos lleva tan sólo a la primera subdivisión; la intermolecular, a la segunda; la atómica, a la tercera; la interatómica, a la cuarta; la etérica, a la quinta, y la interetérica, a la sexta subdivisión o asociación positiva con el éter luminoso. 
En mi primer argumento he sostenido que ésta es la envoltura vibratoria de todos los átomos. En mi definición del átomo no me limito a la sexta subdivisión, donde este éter luminoso se desarrolla en su forma imperfecta, según lo prueban mis investigaciones. Creo que esta idea se considerará por los físicos de hoy como una extraña fantasía. 
Es posible que con el tiempo se haga luz sobre esta teoría, que pondrá de manifiesto su sencillez ante la investigación científica. Ahora sólo puedo compararla a un planeta en la oscuridad de un espacio, al que no ha llegado aún la luz del sol de la ciencia… Yo afirmo que el sonido, lo mismo que el olor, es una substancia real de tenuidad maravillosa desconocida, la cual emana de un cuerpo, producida por percusión y lanzando al exterior corpúsculos absolutos de materia, partículas interatómicas dotadas de una velocidad de 1.120 pies por segundo; en el vacío, 20.000. 
La substancia que es así diseminada es una parte de la masa agitada, y si se mantiene en esta agitación continuamente, sería en el transcurso de cierto ciclo de tiempo completamente absorbida por la atmósfera; o, más bien, pasaría a través de la atmósfera a un punto elevado de tenuidad correspondiente a la clase de subdivisión que preside su desprendimiento del cuerpo que le dio origen… 
Los sonidos de los diapasones vibratorios, producidos de modo que originen acordes etéricos, mientras que por una parte difunden sus tonos (compuestos), compenetran por otra a todas las substancias que se hallan dentro del límite de su bombardeo atómico. 
Al tocar una campana en el vacío se pone en libertad a estos átomos con la misma velocidad y volumen que al aire libre; si la agitación de la campana se sostuviese de un modo continuo durante algunos millones de siglos, la materia de que estuviese compuesta volvería por completo a su ser primitivo; y si la habitación estuviese herméticamente cerrada, y fuese suficientemente resistente, el espacio vacío que rodea a la campana quedaría sometido a una presión de muchos miles de libras por pulgada cuadrada, por virtud de la substancia sutil desprendida. 
A mi entender, la definición exacta del sonido es la perturbación del equilibrio atómico que rompe verdaderos corpúsculos atómicos; y la substancia que de este modo se desprende debe ser seguramente un orden determinado de flujo etérico. Dadas estas condiciones, ¿sería irracional suponer que, si este flujo continuase robando sus elementos al cuerpo en cuestión, éste llegase a desaparecer por completo en el transcurso del tiempo? 
Todos los cuerpos, así animales como vegetales y minerales, están originalmente formados de este éter tan tenue, y sólo vuelven a su condición gaseosa superior cuando se les pone en un estado de equilibrio diferencial… 
Por lo que hace al olor, sólo podemos formarnos una idea aproximada de su extremada y maravillosa tenuidad teniendo en cuenta que puede impregnarse una gran extensión de la atmósfera por espacio de muchos años con un solo grano de almizcle; el cual, pesado después de tan largo intervalo, no presentará ninguna disminución apreciable. La gran paradoja relativa al flujo de partículas odoríferas es que pueden mantenerse aprisionadas en un recipiente de cristal.
Se trata de una substancia mucho más sutil que el cristal que la contiene, y sin embargo no puede escaparse. Es como si se tratase de una criba con agujeros bastante grandes para cerner piedrecillas, y que, sin embargo, pudiese contener arena fina; en una palabra, un recipiente molecular encerrando una substancia atómica. 
Es éste un problema que confundiría a los que se detengan a meditarlo. Pero por infinitamente tenue que sea el olor, resulta muy grosero comparado con la substancia correspondiente a la subdivisión a que pertenece un flujo magnético (corriente de simpatía si se la quiere llamar así). Esta subdivisión es inmediata al sonido, pero superior a él. 
La acción del flujo de un imán coincide en cierto modo con la parte receptora y distributiva del cerebro humano, que siempre da menos en proporción de la cantidad que recibe. Es un gran ejemplo del dominio de la mente sobre la materia, que gradualmente se aminora en lo físico, hasta que tiene lugar la disolución. En la misma proporción el imán pierde gradualmente su poder y llega a ser inerte. 
Si las relaciones que existen entre la mente y la materia pudieran igualarse y sostenerse así viviríamos eternamente en nuestro estado físico, pues no habría depreciación física. Pero esta depreciación física, en su término, conduce al origen de un desarrollo mucho más elevado; a saber, la liberación del éter puro de lo molecular grosero, lo que, a mi parecer, es muy de desear.
Es de notar que, salvo pequeñas diferencias, ningún Adepto ni ningún alquimista hubiera podido explicar mejor estas teorías, a la luz de la ciencia moderna, por más que esta última pueda protestar contra tan nuevas opiniones. Esto, en todos sus principios fundamentales, ya que no en sus detalles, es Ocultismo puro y simple; y además, es también Filosofía Natural moderna."

John Ernst Worrell Keely



"Hay una fuerza mental celestial, una gran fuerza comprensiva que es la vida misma, de la cual todo está compuesto."

John Ernst Worrell Keely



"Imaginemos que, después de la acumulación de un planeta de un diámetro cualquiera, de 20.000 millas, v. gr., aproximadamente, pues el tamaño no afecta en nada a la cuestión, se desaloje todo el material a excepción de una corteza de 5.000 millas de espesor, dejando un vacío entre ella y un centro del tamaño de una bola de billar ordinaria.
Se necesitaría para mover esta pequeña masa central un poder tan grande como el que fuese preciso para mover la corteza de 5.000 millas de espesor. Además, esta pequeña masa central arrastraría siempre consigo el peso de la corteza, manteniéndola equidistante, y no habría ningún poder contrario, por grande que fuese, que las pudiese juntar. La imaginación se turba al contemplar la inmensa carga que soporta este punto central en donde el peso cesa … Esto es lo que entendemos por un centro neutral."

John Ernst Worrell Keely



"Los requisitos mecánicos necesarios para llevar a cabo mis investigaciones con éxito nunca serán apreciados adecuadamente hasta que mi sistema se demuestre bajo un control perfecto para uso comercial."

Manuscrito de Snell




"Mi sistema, en cada parte y detalle, tanto en el desarrollo de este poder como en cada rama de su utilización, está basado y fundado en ENTANGLEMENT QUANTUM (VIBRACIÓN SIMPÁTICA). De ninguna otra manera sería posible despertar o desarrollar esta fuerza, e igualmente imposible sería operar mi motor sobre cualquier otro principio."

John Ernst Worrell Keely


“No se ha encontrado nunca el medio de producir un centro neutral, al proyectar las máquinas hasta hoy construidas. Si se hubiese conseguido, habrían tenido término las dificultades de los investigadores del movimiento continuo, y este problema habría llegado a ser un hecho establecido. Sólo se necesitaría el impulso inicial de unas cuantas libras, sobre tal mecanismo, para hacerlo funcionar durante siglos. 
En el proyecto de mi máquina vibratoria, no he tratado de conseguir el movimiento continuo; pero se forma un circuito que tiene realmente un centro neutral, el cual está en condiciones de ser vivificado por mi éter vibratorio, y mientras se halla bajo la acción de dicha substancia, es en realidad una máquina que es virtualmente independiente de la masa (o globo), lo que tiene lugar a causa de la velocidad asombrosa del circuito vibratorio. Sin embargo, con toda su perfección, necesita que se le suministre éter vibratorio para constituir un motor independiente… 
Todas las construcciones requieren cimientos de una resistencia proporcionada al peso de la masa que deben soportar; pero los cimientos del Universo se asientan en un punto vacío mucho más diminuto que una molécula; en una palabra, y para expresar con exactitud esta verdad, en un punto interetérico, para cuya comprensión se necesita una mente infinita. El investigar las profundidades de un centro etérico es exactamente lo mismo que buscar los confines del vasto espacio del éter de los cielos, con la diferencia de que uno es el campo positivo, mientras que el otro es el negativo.”

John Ernst Worrell Keely













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