"En los días de mi juventud oí hablar de cierto predicador que solía discurrir en sus sermones sobre la Unidad de Dios tratándolo como si fuera una indagaciòn filosòfica [­]. Hasta que una vez cierto padre de familia, hombre temeroso de la palabra del Señor, se levantó y dijo: «Todo lo que tenía me lo robaron durante las persecuciones de Sevilla, me golpearon y me hirieron hasta que quienes me golpeaban me dejaron por muerto, y todo ello lo sufrí por la fe en aquello de ´Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Unoµ; y ahora vienes tú contra la tradiciòn de nuestros padres en nombre de la indagación filosófica y dices que si no fuera Uno, sería así y así». Y añadió: «Prefiero creer en la tradición de nuestros padres y no quiero seguir escuchando este sermón». Y se marchó de la sinagoga y la mayoría de la aljama con él."

Hayyim ben Judah ibn Musa

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