España y Napoleón I

Noble tierra de Cides y Guzmanes,
valerosa nación que el mundo admira,
la gloria que en tus lares se respira
es el premio que colma tus afanes.

Desde el Sena dirige a ti sus planes
el grande genio que a vencerte aspira
y en su delirio y ambición no mira
que en la lucha tus hijos son titanes.

Pasa las cumbres del Pirene frío
y el águila imperial nubla tu cielo
y el canto exhala de la guerra, impío.

Mas tu te agitas con ardiente anhelo,
demuestras tu gigante poderío
y al águila imperial cortas el vuelo.

Joaquín Barasona Candau



Noble tierra...

Noble tierra de Cides y Guzmanes,
valerosa nación que el mundo admira,
la gloria que en tus lares se respira
es el premio que colma tus afanes.

Desde el Sena dirige a ti sus planes
el grande genio que a vencerte aspira
y en su delirio y ambición no mira
que en la lucha tus hijos son titanes.

Pasa las cumbres del Pirene frío
y el águila imperial nubla tu cielo
y el canto exhala de la guerra, impío.

Mas tu te agitas con ardiente anhelo,
demuestras tu gigante poderío
y al águila imperial cortas el vuelo.

Joaquín Barasona Candau


Soneto

  ¿La ración cotidiana del soneto
quieres hoy? La tendrás en el instante;
que está el aceite hirviendo: un consonante,
otro más, y finó el primer cuarteto.

  Ahora dirás que me hallo en un aprieto
y no podré seguir más adelante;
pues te engañas; es género abundante,
y el cuarteto segundo lo completo,

  Allá van dos tercetos a mi gusto,
que es en esto libérrimo el poeta;
pero será mejor una cuarteta,

  que nunca a reglas justas yo me ajusto;
y con el pareado conocido,
ya tienes el soneto concluido.

Joaquín Barasona Candau










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