"Existe una ceguera propia de la excesiva visibilidad, ver no es lo mismo que comprender."

Daniel Innerarity



"La mitad de la humanidad tiene que estar en la mitad de los organismos de gobierno de la humanidad. Y tiene que estar, además, en tareas menos “femeninas” que en las que han estado. Creo que ese es el verdadero cambio."

Daniel Innerarity



"No creo que haya que feminizar la política. Soy partidario de la igualdad en sentido estricto." 

Daniel Innerarity



"No sabemos qué puede significar una ciudadanía crítica en un entorno poblado por basura informativa; la democracia es lenta y geográfica mientras que las nuevas tecnologías se caracterizan por la aceleración y la deslocalización."

Daniel Innerarity


"Pese a la dureza de su crítica al romanticismo, Hegel comparte con él la suposición de que el hombre sólo puede encontrar un sentido para la existencia si se reconcilia con el todo (en este caso, una totalidad social y no de la naturaleza). El odio romántico a la cultura y su culto hegeliano tienen en común un prejuicio contra la finitud, cuyo abatimiento se expresa bajo la forma de una nostálgica infinitud o mediante la subjetivización del espíritu social objetivo. La comunidad moral que Hegel supone como resultado de la alienación de todos en el cuerpo social participa de la ambigüedad propia de todos los órdenes sociales perfectos: el movimiento de recuperación de la personalidad puede no tener lugar. Es cierto que la sociedad moderna no acierta a conciliar la lógica del amor y la lógica social. Pero una equiparación objetiva entre ambas aleja aún más la posibilidad de armonización. La liquidación del hegelianismo ha ironizado sobre sus pretensiones de totalidad. pero ha mantenido la definición funcional de la personalidad. Y la sociedad sigue siendo entendida como sujeto, sin que haya disminuido su poderosa disposición sobre la personalidad. Simultáneamente, el descrédito de la concepción hegeliana de la sociedad ha arrastrado también su valiosa intuición acerca de la esencia del amor —el compromiso por medio de la palabra— y se ha afianzado el proceso de subjetivización del amor.
Quizás el hombre no necesite de un ámbito de reconocimiento tan amplio. Lo que el romanticismo reivindicó —una lógica para el amor que no se ha de deducir a partir del orden político o social— no queda en modo alguno superado por la crítica hegeliana. Se trata de una respuesta finita que renuncia a conciliar de manera absoluta la lógica social con la lógica del amor, pero en la que al menos ésta no queda comprometida por aquélla. Es posible que el romanticismo no acertara a definir su objetividad. Pero, cuando Fichte subrayaba la compleción del matrimonio o cuando F. Schlegel afirmaba que «siempre queda detrás algo que no se puede representar exteriormente porque es completamente interior», un elemento de incondicionalidad quedaba afirmado y protegido frente a todo contexto social. En cualquier caso, forma parte de la idea de subjetividad humana un momento de heterogeneidad respecto del espíritu objetivo. Dicha «abstracción» —por usar la terminología hegeliana— es, a su vez, garantía de la libertad. Esta dificultad de reconciliar plenamente al sujeto con la totalidad histórica y social le puede hacer extraño, desarraigado o carente de expresión social, pero salvaguarda su dignidad en mayor medida que una síntesis precipitada con la exterioridad. Esta reserva supone entender que las formas históricas son más contingentes que la esfera inmediata de la personalidad. Una diferenciación de niveles de reconocimiento obligaría al hombre a tolerar una cierta abstracción en las relaciones sociales, pero también le pondría a salvo del tráfico social."

Daniel Innerarity
Hegel y el romanticismo



“Ser moderno es estar en movimiento.”

Daniel Innerarity


"Tratar con gente que no piensa como nosotros impide que nos volvamos locos."

Daniel Innerarity


"Una de esas pistas para indagar en la naturaleza de nuestras sociedades la proporcionan las fotografías aéreas del mundo nocturno. Las partes habitadas de la Tierra se ven como zonas iluminadas, y una de las primeras cosas que llama la atención es que hay pocos centros de luz que estén rodeados de grandes espacios oscuros, como por ejemplo Moscú o Buenos Aires. Por el contrario, en Japón, en el este y el oeste de Estados Unidos y en casi toda Europa lo que se observa es que en vez de centros de luz hay bandas o entramados luminosos difusos que han hecho invisibles los antiguos centros; resulta casi imposible descubrir Bonn, Sheffield o Milán, porque no destacan sobre trasfondos de oscuridad deshabitada. Y uno de los indicadores de desarrollo parece ser precisamente la formación de redes luminosas, mientras que las zonas menos dinámicas conservan aún la tendencia a concentrarse en núcleos destacados.
Esta observación me permite avanzar una hipótesis acerca del carácter de nuestra civilización: los nuevos espacios tienden a la desaparición de los centros y a la formación de redes; no se configuran a partir del modelo de las antiguas concentraciones, sino que ofrecerán el aspecto de una red. Pero esta geometría no es un resultado casual, sino que responde también a una determinada manera de entender cómo deben organizarse las sociedades o cómo se organizan de hecho, aunque no lo hayamos pretendido o incluso desagrade a los partidarios de la tradicional centralización.
El principio organizativo que está en el origen de esa configuración reticular es el de la relación múltiple y variable de una infinidad potencial de centros de decisión; su transposición espacial no es ya la centralización, son una red que se densifica. Las redes -de tráfico, de comunicación, de información- son un elemento esencial de una civilización que se extiende multiplicando las relaciones posibles y las dependencias recíprocas entre sujetos espacial y socialmente alejados. Esta peculiaridad es lo que ha permitido caracterizar al proceso de civilización como de una progresiva globalización. La historia de la configuración de esas redes es una historia de progresiva multiplicación o densificación. Las redes se espesan con el aumento de la participación de elementos potencialmente anexionables y de los que ya están conectados en un sistema de red."

Daniel Innerarity
La sociedad invisible





















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