Marimba mía

Te escucho marimba mía
desde esta tierra lejana
y mi pecho triste clama
con grande melancolía.

La dulzura de tu nota
como gota de cristal
son eterno manantial
que incansable de ti brota.

Sale la queja sentida
de tus teclas de hormigón
llenando mi corazón
de recuerdos de mi vida.

Puedes tu con tu armonía
alegrar nuestro quetzal
y en el pecho un coral
resalta más todavía.

Tu historia que ya es muy vieja
nos muestra el sentir quiché
pues en tu queja se ve
de nuestros indios la queja.

Guatemala, y su pradera
brillan más cuando tú cantas
y así la bruma levantas
dejando la primavera.

Con tus teclas y belleza
y tu dulce resonar
me haces siempre recordar
alegrías y tristezas.

Suena pues marimba mía
y no pares de sonar
sonando me haces soñar
disipando mi agonía.

Y cuando Dios Poderoso
ya disponga de mi vida
quiero en mi patria querida
guardar eterno reposo.

Jorge Pinto











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