Marina

Del fondo del ocaso ennegrecido,
surge indecisa una lejana vela:
como si huyese de su propia estela
el barco avanza por el mar dormido.

Cae la noche rápida: y sin ruido
sobre el piélago enorme se revela
y el ábside del cielo se constela
como un prado de lirios florecido.

Vivaz me asalta tu recuerdo. El agua
que al soplo de las brisas se estremece
su cadencioso ritornelo fragua.

La honda se irisa de ópalos argentos...
Y mi alma, en tanto que el ensueño crece,
vuela hacia ti sobre los mansos vientos!

Jerónimo J. Reina



Marino

Desde lo más profundo del crepúsculo ennegrecido,
aparece una pantalla distante indecisa;
Como si huyera de su estela, la vela
del barco avanza por el mar dormido.

Cae la noche rápida, y sin hacer ruido
sobre el gran pelagus se revela,
y el ábside celestial se alza
como un prado de lirios en flor.

Vivaz me asalta el anhelo. Y es el agua,
que tiembla con el aliento de la
brisa , desde el caótico ritornelo hasta el fragua.

La ola es gris opalescente ...
Canta ... Y mi alma, a medida que crece el sueño,
volar hacia ti en el viento manso.

Jerónimo J. Reina





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