–Otra cosa que debemos recordar, Irina, es simplemente esto: cuando las apuestas son elevadas, y no hay apuestas más elevadas que las que se hacen en la lucha por el poder, el enemigo quiere un triunfo permanente. Nunca apreciará un pensamiento bondadoso ni una vacilación de tu parte. Por el contrario, desvirtuará todo lo que hagas o pienses y cuando le convenga, lo utilizará en su provecho. Su intención es ganar. Y en términos de su ideología rígida esto significa que su intención es también que tú pierdas. No hay tal conflicto, según él ve las cosas. Sólo es cuestión de tiempo. Tus esperanzas, contra sus planes.
–¡En una época, David, eras tan optimista!
–Sigo siendo un optimista. Te dije que debemos ser más listos que Jiri, ¿no?
–Pero luego agregaste que no hay tal conflicto.
–Para él. También dije eso, ¿no?
–Sí. –Y luego agregó–: Tal vez yo me he vuelto pesimista.
–Sonaría mejor si eliminaras esa palabra "Inútil"
–Esta noche –le dijo Irina– Jiri hizo que me telefoneara alguien. Cuando saliste, David.
– Ya lo sé. Y si yo hubiera estado contigo, habrían cortado la comunicación y llamado otra vez más tarde. Y otra vez. Hasta conseguir hablar a solas contigo.

Helen MacInnes
La red del cazador

No hay comentarios: