“Él (Nikolái Kardashov) sostenía que podemos clasificarlas de acuerdo con su tecnología, e ideó una escala de 3 puntos para medir el potencial de esa tecnología. Una civilización Kardashov de tipo 1, o civilización KI, sería comparable a la nuestra: capaz de aprovechar los recursos energéticos de un planeta. Una civilización KII estaría muy por delante de la nuestra: sería capaz de utilizar los recursos energéticos de una estrella. Una civilización KIII estaría capacitada para explotar los recursos energéticos de toda una galaxia. Por tanto, según Gillett, la mayoría de las CET de la Galaxia sería de tipo KII o KIII. Ahora bien, todo lo que sabemos sobre la vida terrestre nos dice que la vida tiende de manera natural a propagarse por todo el espacio disponible. ¿Por qué iba a ser distinta la vida extraterrestre? Seguro que las CET querrían expandirse más allá de su mundo de procedencia y salir a la Galaxia. Pero (y este es el punto clave) una civilización KII o KIII tendría la capacidad de colonizar la Galaxia en unos cuantos millones de años. La Galaxia debería estar plagada de civilizaciones de tecnología avanzada ¡Ya deberían estar aquí! Y, sin embargo, no hay ningún signo de que existan las CET. Gillett llamaba a esto la paradoja de Fermi. Para Gillett, la paradoja conducía a una conclusión escalofriante: la humanidad está sola en el universo.”
En los últimos veinte años (y, sobre todo, en los cinco más recientes) el firmamento nocturno se ha vuelto mucho más interesante y mucho más atractivo para los exploradores de lo que era para nuestros antepasados. Hemos descubierto que muchas estrellas (tal vez la mayoría) poseen séquitos de planetas, igual que el Sol.
Hay un interés especial por posibles planetas «gemelos» de nuestra Tierra, planetas del mismo tamaño que el nuestro que giren alrededor de estrellas parecidas al Sol en órbitas que propicien temperaturas a las que el agua ni hierva ni permanezca congelada. La misión espacial Kepler ha identificado muchos mundos así, y podemos inferir sin temor a equivocarnos que hay miles de millones en nuestra Galaxia.

De todo ello se deduciría, pues, que la Tierra no puede ser el único lugar que alberga vida inteligente. Y, sin embargo …”

Stephen Webb
Si el universo está lleno de extraterrestres… ¿dónde está todo el mundo?

“Todas las paradojas tienen algo seductor. Las paradojas visuales de los grabados de Maurits Escher nunca dejan de cautivar el ojo. Supongamos que, tal como creían los optimistas, la Galaxia aloja muchas civilizaciones extraterrestres. (Para abreviar usare a menudo la expresión CET para referirme a las civilizaciones extraterrestres.) Entonces, como la Galaxia es muy antigua, hay muchas posibilidades de que haya CET millones, o incluso miles de millones, de años más avanzadas que nosotros. Hasta que consigamos alguna información nueva que nos ayude a resolver la paradoja, somos libres de seguir distintas líneas de razonamiento.
Al fin y al cabo, eso es lo que hace tan interesantes las paradojas. En el caso de la para-doja de Fermi hay tanto en juego (la existencia o no de inteligencia extraterrestre), y esca-sea tanto el respaldo experimental a la argumentación lógica (ni siquiera ahora podemos estar seguros de que los extraterrestres no estén aquí), que el debate suele acalorarse. La razón principal es el mero peso de los números: puede haber unos 400 mil millones de estrellas en la Galaxia, y en el universo debe de haber una cantidad equivalente de galaxias. Desde la época de Copérnico la ciencia nos ha ensenado que la Tierra no tiene nada de especial...
Puede que algún día encontremos extraterrestres. Por otro lado, este libro da 75 razones por las que podrían fracasar las búsquedas SETI (Search for Extraterrestial Intelligence o «búsqueda de inteligencia extraterrestre»); tal vez la compleja biosfera de la Tierra sea algo único. Eso decepcionaría a quienes realizan la búsqueda, pero tendría una ventaja: nos daría derecho a practicar menos la «modestia cósmica». Es más, ante ese resultado la vida dejaría de ser algo secundario.
Puede que la evolución se encuentre aún más cerca de su comienzo que de su fin. Nuestro Sistema Solar atraviesa ahora la mitad de su existencia y, si los humanos logramos evitar la autodestrucción, la era posthumana nos llama. La vida surgida en la Tierra se propagaría por toda la Galaxia y se convertiría en una complejidad mayor de lo que somos capaces de concebir.

En tal caso, nuestro minúsculo planeta (ese punto azul pálido que flota en el espacio) sería el lugar más importante de toda la Galaxia, y los primeros viajeros interestelares procedentes de la Tierra tendrían una misión con repercusión en toda la Galaxia, y tal vez más allá de ella.”

Stephen Webb 
Si el universo está lleno de extraterrestres… ¿dónde está todo el mundo?







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