Acta de una sesión

Cotorreando en mórbidos sillones,
diez leguleyos de cerebro vano,
acerca de si Ticio es ciudadano,
ensartaron horrendas sinrazones.

Seco el jugo vital de los pulmones,
y agotado el idioma chabacano,
estas palabras dirigió un hermano,
a todos los demás santos varones:

Padres conscriptos, que el profano sea
civil o ciudadano, es una idea
que acaso pueda inTeresar a otros.

Yo en tan grave cuestión ni entro ni salgo
lo que importa saber es, si ese hidalgo
es tan grave animal como nosotros.

José Joaquín de Mora


Álzase Marco Tulio de su asiento

Álzase Marco Tulio de su asiento
con grave pompa y majestad divina;
tiembla de espanto y rabia Catilina,
inmóvil el Senado escucha atento.

Brota el raudal sonoro y al momento
sálvase Roma de fatal ruina,
el pueblo al Cónsul la cerviz inclina,
y padre clama en jubiloso acento.

Ahora si me preguntas en qué autores
adquirió Cicerón el privilegio
de arrancar tan magníficos honores,

yo ye responderé, que ese hombre egregio,
modelo de abogados y oradores,
ni estudió a Vinio, ni pisó el colegio.

José Joaquín de Mora


Díjome Fabio que en el monte Hibleo

Díjome Fabio que en el monte Hibleo
nacen como carneros las perdices,
y que Dido llevaba en las narices,
como gafas, montado un rey pigmeo.

Que casada Cenobia con Orfeo,
después de muchos cuentos y deslices,
estudiaron en Londres de aprendices,
y a todo respondí: Fabio, lo creo.

Que hay un mono en Berlín que con el rabo
sabe escribir en la pared su nombre,
y con grande primor saca una muela.

Dije, Fabio, lo creo: Mas al cabo
me contó que Damón era un gran hombre,
y entonces dijo: Fabio eso no cuela.

José Joaquín de Mora


El estío

Hermosa fuente que al vecino río
sonora envías tu cristal undoso
y tú, blanda cual sueño venturoso,
yerba empapada en matinal rocío;

Augusta soledad del bosque umbrío
que da y protege el álamo frondoso:
amparad de verano riguroso
al inocente y fiel rebaño mío.

Que ya el suelo feraz de la campiña
selló julio con planta abrasadora
y su verdura a marchitar empieza

y alegre ve la pampanosa viña
en sus yemas la savia bienhechora,
nuncio feliz de la otoñal riqueza.

José Joaquín de Mora


El tachonado y puro firmamento

El tachonado y puro firmamento
con todas sus lumbreras inmortales,
esa luz que nos vierte sus raudales,
más sutil, más veloz que el pensamiento.

El misterioso y grave movimiento
de sus revoluciones desiguales,
¡qué de goces intensos, celestiales,
no dan al atrevido entendimiento!

¡Y está serena el alma, y no palpita
rápido el corazón! ¡Ni estalla el labio,
cediendo al entusiasmo que lo agita!

Hombre, suelta el compás y el astrolabio;
mentido es tu saber, siente y medita:
quien más medita y siente es el más sabio.

José Joaquín de Mora


Imitación de Lord Byron

Luzbel creyó que el orbe de la tierra
su personal esmero requería;
sube y observa la demencia impía
que arma a los hombres en nefanda guerra.

Sangre a ríos inunda valle y sierra;
roba el cañón la claridad del día;
muere en los brazos de la madre pía
la prenda cara que su dicha encierra.

Y en tan atroz desorden y locura,
al homicida, al robador exalta
gloria falaz, con alabanza impura.

Luzbel de un brinco al horno averno salta;
«nuestra victoria (dice) está segura;
arriba, por ahora, no hago falta».

José Joaquín de Mora


La Florida
(fragmento)

El interés que inspira gente extraña
En habla, y en costumbres; y aquel tono
De hombre dispuesto a belicosa hazaña.
Noble y sencillo, bravo sin encono,
Al Español seducen: que en España,
(Justo es que lo concedan en su abono)
Lo excelso y noble es nacional; lo bajo,
Es cosa que de fuera se nos trajo.

Grande amistad en breve se suscita
Entre el joven Maclean y el viejo Oñate,

Y como la Florida necesita
De la activa labor del galafate.
Con esta detención se facilita,

Que mas v mas la estrecha unión se ate;
Mientras con otra unión más viva y cara.
La triste peripecia amor prepara.

José Joaquín de Mora



"Lo que constituye el chiste es la gracia; lo que constituye la agudeza es el ingenio."

José Joaquín de Mora














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