Amor eterno

Cuando vuelva a venir la primavera
y el sol dore tu piel con sus fulgores
y puedas ver de nuevo lindas flores
y contemplar la cristalina esfera;

cuando ya de mi amor ni tan siquiera
te acuerdes que existió, y otros amores
quizá te hagan feliz con sus candores,
¿quién podrá detenerme en mi carrera?

Muy lejos ya de ti: desamparado,
aunque ahora tu conciencia no lo crea
estaré en una tumba sepultado,

y tal vez llorará quien pase y lea
sobre un trozo de mármol derrumbado:
“Murió el pobre de amor. Bendito sea”.

José Luis Blázquez



Confesión

No te puedo querer, pero te quiero,
porque el amor no entiende las razones
por las que dos ardientes corazones
no puedan compartir su amor primero.

Y tengo que fingir: no soy sincero
cuando en público doy mis opiniones
poniendo al sentimiento condiciones
por no decir que por tu amor me muero.

Y en este afán, yo vivo mi condena
de nunca estar en paz con mi conciencia
y no poder gritar cuál es mi pena

que aunque mi rostro muestre indiferencia
el lazo que a tu imagen me encadena
es a la vez pecado y penitencia.

José Luis Blázquez







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