"[...] pensaban sinceramente (los «perfectos» cátaros) que eran los únicos cristianos auténticos, que el clero eran los siervos de la Iglesia de Satanás y que las enseñanzas cátaras presentaban una corriente subterránea de cristianismo puro, a menudo perseguida, pero siempre superviviente, que se remontaba hasta la época de los apóstoles."

Martin Lambert 
Tomada del libro de Robert Bauval y Graham Hancock, Talisman, ciudades sagradas, una fe secreta, página 59

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