Canto de las palabras

He visto las palabras
dormidas en la estación del metro,
en los bancos de los parques,
bajo los puentes de San Juan y Buenos Aires
y en las escaleras de algunas catedrales.
Las he visto acurrucadas
una noche de frío
en una esquina anónima de Sao Paulo
y en Managua.
He visto las palabras
arropadas en la tibieza de su propia caricia,
gorriones de ojos grandes
contando a la intemperie las estrellas de la noche.
Es que alguien las dejó
abandonadas.

José Manuel Solá



Eras como una tarde de montañas,
como una hoguera virgen entibiando las manos,
como un hogar a donde regresar
después de la jornada, así eras;
eras tú tan ausente y tan cercana
tal como esas frases que se dicen
cuando se acaba el llanto
y tan solo nos queda mirar por la ventana.
Y tenías entonces una forma muy tuya
de descansar la cara entre las manos,
de desatarte el pelo,
de morderte los labios,
de arrebujarte toda en la butaca,
de dormirte en mis brazos…
Eras tan suave como la tristeza
de una tarde de montañas
y eras la soledad de un árbol en otoño
y desde ti volaban
las olas del crepúsculo y los pájaros…

José Manuel Solá


Poema V

Me han dicho que has pasado por el pueblo
y no saben por qué o si alguien te esperaba
y no saben si el niño a quien hablaste
era tuyo o del sueño o de la aurora
o un niño de la calle o del pasado.
Me han dicho que te vieron por tan solo un instante
perderte entre la gente y que tu pelo
aún es como un pétalo y que por tu mirada
aún vuelan las alas de los pájaros;
que aún sonríes triste, como entonces,
que aún tus labios suaves e inocentes
conservan esa cosa de niña que ha pecado.
Me han dicho que te han visto y que no saben
si aún me recuerdas, si me nombras,
si equivocas el nombre de otro y me mencionas,
si te besa algún niño y ves mis ojos
al mirarte en sus ojos cuando te está mirando.
Me han dicho que has pasado por el pueblo
y que aquel mismo anciano que vendía las flores
te regaló una rosa y que al tomarla
te ha temblado la mano...

José Manuel Solá










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