Charcos de medio día

En la fugacidad del charco al medio día
el zopilote confunde su reflejo
con el reflejo del sol
Demasiada luminosidad para sus ojos de sombra
demasiado reflejo para sus pupilas
de moneda sucia
Demasiada fugacidad para el sol

Mañana sólo habrá una porción de tierra cuarteada
Una partícula con olor a zopilote
y confusión de insectos
Todo se perderá
Cuando pasemos por allí
ni las zuelas de los zapatos
recordarán haber pasado
con nosotros encima

José Landa



Salmón dorado

Salmón dorado, huyes de la memoria
por la corriente de los días.
Tu nombre es un silbido de cigarra,
tu cuerpo un sembradío de aguaceros.
La casa que habitabas entre los platanares
ya es nido del verano.
Gotea por las paredes la sombra de tu sombra.
No vuelvas si no está escrito tu regreso,
tu piel sigue en las piedras del arroyo,
manso caudal de los deseos.
Vive si has de vivir.
Muere si has de morir,
entre los pasos de marinos y turistas,
en aquel puerto refugio de la distancia.

José Landa








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