Crepúsculo

El horizonte, con cambiantes grises,
de grana y oro, y perlas se colora,
y ya luce jirones de la aurora,
ya del iris espléndidos matices.

Del esmaltado suelo los tapices
el sol a trechos con sus rayos dora,
y cual negro crespón que descolora,
baja la sombra en mágicos deslices.

Como un ángel que expira delirante
abrazado a una diosa, en ese instante
muere la tarde en brazos de la noche.

Y yo al mirarla, entristecido, siento
que en el jardín del alma abre su broche
la delicada flor del pensamiento.

José J. Villa


Umbra

Amo las cosas tristes: esas flores
que ostentaron amantes desposadas,
y en un rincón, después, abandonadas,
van perdiendo su esencia y sus colores.

Las misivas que ayer fueron de amores
un tesoro, y hoy yacen sepultadas
entre rizos y cintas arrugadas,
sufriendo del olvido los rigores.

Amo los rostros mustios, que comentan
de un pasado feliz la historia breve,
y triste, del presente se lamentan.

Y amo a un ciprés, que baña en sombra leve
unos despojos que mi amor le cuentan,
cuando él su copa, quejumbroso, mueve.

José J. Villa







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