¿Cuál es el espejo y cuál la realidad reflejada?

¿Cuál es el espejo, y cuál
la realidad reflejada?
Con esta luna azogada,
todo es del mismo cristal

                   y flota, lento, en igual
deriva desordenada
hacia un mar de madrugada
cuyo fresco aire lustral

                   apague el faro en su torre,
y enjugue la frente, y borre
del insomnio el duro ceño,

                   sacando a luz clara todo
de los canales el sueño,
tristes de nieblas y lodo.

José María Quiroga Plá



El mundo pasa
 a un kilómetro de aquí...
Evidentemente sí.
Pero yo no tengo casa.

José María Quiroga Plá


En el balcón

En el balcón está puesta de codos,
asomada a esta noche en que la aguja
magnética del ansia, terca, en todo
los rumbos del cuadrante te dibuja.

¿Por qué cristal me ves? ¿Tras de qué reja
un sollozo de amor te quiebra el pecho?
Entre tapias con luna, ¿qué calleja
guarda en jaula de tórtolas tu acecho?

En qué silencio de ciudad dormida,
ciego y sordo, buscándote me pierdo
(¡andar y andar!) por calles sin fachadas.

¡Hallarte y recobrarte! A la ancha vida
salir, de los profundos del recuerdo,
por las puertas del sueño... Están cerradas.

José María Quiroga Plá



¡Este insufrible velar!
Yo bien quisiera dormir,
pero no para soñar:

tan sólo para esperar
a que el ansia de vivir
me volviera a despertar.

José María Quiroga Pla


"Hermanos, no olvidemos que el árbol muerto vive en su semilla."

José María Quiroga Pla


Jaculatoria de la amanecida

Riqueza inagotable del minuto,
burbuja viva de lo eterno, dame
de tu luz una gota que me inflame
alma y sentidos; el carnoso fruto

        de la creación entrega a la golosa
avidez de la palma y de la encía,
y a los ojos la adánica alegría
de inventar la mujer, el mar, la rosa.

        Dilata a los confines de lo humano
las posibilidades de mi estrella
el juego de azar del universo,

       y, antes de huir a mi tendida mano,
deje calcada su florida huella
tu pie en el barro tibio de mi verso.

José María Quiroga Pla





Recuerdos, si sois sagrados
no es por la añoranza, sino
porque vuestro marco encierra,

en la eternidad grabados,
los pasos con que el destino
nos justificó en la tierra.

José María Quiroga Pla



Soñando voy, España...

Soñando, España, voy con tus caminos
en mi vagar, al Sena paralelo;
soñando con tu claro y alto cielo,
con tierras de encinar, montes de pinos,

trigueros llanos, viñas y olivares;
que en pan, aceite y vino y campo, al viento
especies vivas de tu esencia, siento
írseme el bien de los perdidos lares.

Soñándolo y soñándote distraigo
del hoy de hieles y el mañana incierto
el corazón y el pensamiento míos;

de tu recuerdo en el regazo caigo,
y en él me empuja de esperanza a puerto
la dulce agua batida de tus ríos.

José María Quiroga Pla


Tanto se me han muerto ya,
que un día, al fin, me pondré
a morir. No sé de qué.
De pesadumbre, quizá,

por todo lo que no pudo
llegar a colmo en mi vida,
tan ancha ya y tan perdida
desde el fondo del embudo

en que se me va apagando,
con la esperanza, encendida
tanto tiempo en vano, el blando

respirar, y este buscar
de la mirara, perdida
porque ya no hay qué mirar.

José María Quiroga Pla




Yo podré quedarme ciego...
Tú seguirás, Primavera,
trenzando tu cabellera
de verde y sol, en un juego

de agua fresca y denso olor,
lanzando el viento, de anzuelo,
en el mar a contrapelo
de las praderas en flor.

José María Quiroga Pla











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