"Durante los dos primeros años de la Revolución, el impulso revoluciona­rio, los fondos revolucionarios y los dirigentes revolucionarios procedieron de las clases privilegiadas. Si el duque de Orleans, Mirabeau y Lafayette; si la fami­lia Noailles, los La Rochefoucauld, los Bouillon, los Lameth y otros nobles libe­rales no hubiesen desertado de la nobleza para sumarse a la causa del pueblo y de la Revolución, los revolucionarios habrían carecido de esa ventaja que les per­mitió triunfar desde el principio. Además, todos estos nobles que se unieron apresuradamente para apoyar la causa de las nuevas ideas, aunque acabaron perdiendo su fortuna, su posición, su graduación y su vida, eran francmasones y esto no podemos atribuirlo al azar, a menos que pasemos por alto las pruebas."

Bernard Faÿ
Tomada del libro de Robert Bauval y Graham Hancock, Talisman, ciudades sagradas, una fe secreta, página 32

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