"En los dos últimos siglos, por alguna razón hemos acabado convenciéndonos a nosotros mismos de que la ciencia experimental inició su andadura en el siglo posterior a la muerte de Girolamo. Pensamos en Newton realizando experimentos para demostrar la dispersión de la luz a través de un prisma, o en Galileo dejando caer balas de cañón desde la torre de Pisa para verificar la naturaleza de la gravedad (casi seguro que no lo hizo, aunque sí llevó a cabo otros ensayos conexos). Lo que no hemos asimilado, en gran parte debido a cierto sesgo cultural, es la larga historia islámica de la experimentación. En 1021, por ejemplo, el erudito musulmán Ibn Al-Haytham se valió de una cámara oscura para mostrar que la luz se desplazaba en línea recta hasta los ojos. En el siglo siguiente, The Book of the Balance of Wisdom (El libro del equilibrio de la sabiduría), de Al-Khazini, describía una gran variedad de experimentos que demostraban ciertas teorías de la mecánica. Unos siglos después, diversos eruditos se pusieron a traducir textos científicos y matemáticos islámicos del árabe al latín. Movidos por la inspiración, Girolamo y muchos contemporáneos suyos realizaron sus propios experimentos para certificar la validez de numerosas ideas sobre el funcionamiento del mundo."

Michael Brooks
El manual del astrólogo cuántico, página 123



"Estoy jugando contigo, por supuesto. Soy un narrador poco fiable. Esa es la única premisa. Pero, ¿no lo somos todos? Al fin y al cabo, ya he mencionado mi «experiencia» del tiempo, como si supiera lo que significa. Lo único que puedo decir sobre ese fenómeno concreto es que mi experiencia implica a mi conciencia, algo que los científicos no son capaces de definir, no digamos ya explicar. Si la física cuántica resulta resbaladiza, eso no es nada comparado con lo que uno se encuentra cuando le pide a un neurocientífico que le diga algo concreto sobre la conciencia."

Michael Brooks
El manual del astrólogo cuántico, página 9


"Jacques-Auguste de Thou se encontró con Girolamo en Roma, «deambulando por las calles, con un atuendo distinto del de la gente normal». ¿Una especie de falda escocesa? De Thou visitó a Girolamo en su casa y recuerda que «era un loco de audacia impía que había intentado someter a las estrellas al Señor de las estrellas y confeccionar el horóscopo de nuestro Salvador» …
… Entre Girolamo y los franceses de aquella época pasa algo, desde luego. Un abogado francés, François D’Ambrose, también lo visitó y lo retrató como un demente. Girolamo, cuenta D’Ambrose, vivía en una habitación con banderolas en las paredes en las que se leía «TEMPVS MEA POSSESSIO»: El tiempo es de mi propiedad."

Michael Brooks
El manual del astrólogo cuántico, página 192



No hay comentarios: