Enero

Bate la nieve los tejados, dura,
del aire hendiendo la flotante niebla,
y de sus copos nítidos se puebla
la extensa tierra con sutil albura.

Alfombra cubre, de vivaz blancura
el yerto suelo que mortal despuebla
y de la noche en la letal tiniebla
se oculta el mundo con fatal tristura.

Así el destino inexorable y rudo
al hombre, el cielo de la dicha vela
y con las nieves del dolor, austero,

en el invierno de la vida, crudo,
marchita el alma y de pesar la hiela.
¡Qué también tiene el corazón su Enero...!

José Wen Maury

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