Rimas

Creyendo en el amor formé de mirtos
en mi pecho un altar,
y aquella virgen que adoró mi alma
con suma ingenuidad,
rompió el altar, y destrozó mi pecho.

Creyendo en la amistad, me hice de amigos
que en mi senda encontré;
Les dí mi afecto y mi confianza toda,
y ellos poco después,
burlaron sin reparo y sin conciencia
mi candorosa fe.

Hoy, cuando escucho formular protestas
de inviolable amistad,
y entre suspiros oigo el juramento
de un amor eternal,
¡Cuál de los dos –me oigo– será Judas
que al otro besará!

José Ramón Rodríguez

No hay comentarios: